GH DÚO, en directo: Discusión acalorada entre Sergio, Marieta, Óscar y Frigenti: "os pasáis el día riéndoos de Marieta"

En el vestidor, el grupo se agrupa para hablar sobre las estrategias a seguir y sobre a quiénes podrían nominar los demás. La conversación fluye con naturalidad mientras analizan lo ocurrido hasta el momento y lo que podría pasar más adelante. No hay tensión, sino más bien una charla relajada sobre cómo afrontar lo que se viene, compartiendo pensamientos y planes sin mayores conflictos.

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Por alusiones, Maica toma el micrófono de Radio GH y no se guarda nada. Con tono tranquilo pero directo, señala los múltiples coqueteos de Álex con la mayoría de sus compañeros.

"Yo te he visto haciéndote cariñitos con todas, y no pasa nada", dice para calmar el ambiente. Pero luego, sin perder la sonrisa, añade: "Pero a mí has venido a darme abrazos, besos y más cosas… que yo no sé si jugabas, pero cariñoso eres, y con todas."

Las risas y reacciones no se hacen esperar, mientras Álex intenta justificarse entre bromas y el resto escucha con atención.

José María interrumpe la conversación entre Marieta y María, lo que hace que ambas rápidamente cambien de tema. Él, con cierta preocupación, se acerca para preguntar a Marieta si se ha sentido sola o apartada debido a su relación con María.

Marieta, sin dudar, responde con sinceridad. Le asegura que no, que ella es como un libro abierto y no sabe disimular. Añade que si se sintiera excluida o incómoda, se notaría, ya que siempre dice lo que piensa sin rodeos. Su respuesta calma a José María, quien parece aliviado, 

Esta mañana, Romina ha pegado un grito al descubrir restos de orina en el váter, causando revuelo en la casa. Más tarde, Maica, fiel a su queja diaria, vuelve a insistir en el tema de la higiene del baño.

"Por favor, o hacéis pis sentados o afináis la puntería, porque nadie se merece encontrarse esto sucio", reclama con firmeza. Algunos asienten, otros se ríen, pero el mensaje queda claro: la batalla por un baño limpio sigue en pie.

Miguel no suelta el tema y, con su insistente pregunta, busca una respuesta clara: "Di, ¿quién te gusta? ¿Te gusta Ana Herminia?"

Ante la presión, el aludido responde de manera rápida y casi atropellada: "Me gusta Maica, sí, me gusta Maica. Cumple perfectamente con todas las cosas que me gustan en una chica."

Su tono acelerado deja entrever cierto nerviosismo, mientras los demás reaccionan con sorpresa y curiosidad ante la inesperada confesión.

Ghita decide hablar y se pronuncia, pero su tono de voz es tan alto que provoca las risas de los demás.

Le dicen entre bromas que baje la voz, porque si sigue así, los "escondidos en el vestidor" los van a escuchar perfectamente. La situación se llena de risas, pero también de una cierta complicidad, mientras Guita intenta controlar su volumen para no desvelar la conversación al otro grupo.

Mientras en el vestidor siguen discutiendo la estrategia sobre a quien denominan"ellos" o "los otros", en la cocina, Maica, Óscar, Frigenti y Romina también hablan de "ellos".

Frigenti, sacando un tema polémico sobre José María, dice que con él se siente como una loncha de queso en un sándwich, atrapado. Óscar se ríe de la comparación y añade que en el vestidor ahora mismo están "haciendo campaña"; mientras tanto Romina ofrece camembert.

Marieta comenta entre risas que a la gente le encanta una pareja, refiriéndose a María y José María, como una forma de calmar las tensiones antes de las nominaciones.

Sin embargo, José María no puede evitar mirar a María, percibiendo algo raro en ella. Le hace una caricia en la cara preguntándole directamente si le pasa algo, a lo que ella responde con una sonrisa y un "no". A pesar de su respuesta, José María parece no quedar convencido...

En el salón, uno de los grupos decide animar el ambiente jugando al juego de la pelota. Entre risas y movimientos rápidos, la dinámica va tomando ritmo. Al principio, Maica duda, pero finalmente se anima y se une al juego, dejando de lado sus preocupaciones por un rato.

La preparación de la cena se ve interrumpida por el Súper, quien les pide que esperen en la zona del vestidor. En este espacio reducido, con algún mendrugo de pan sobrante de la preparación, José María y María aprovechan para dedicarse carantoñas y arrumacos.

José María, con tono cariñoso, le dice a María: "Cántame, a ver, cántame un poquito." Ella sonríe, mientras la complicidad entre ambos se hace evidente.

Sergio, que comparte el espacio con ellos, bromea al ver la escena: "¡Por favor, que estoy yo aquí!" Y, exagerando la situación, grita: "¡Marietaaa, ven, que estos dos están en celo!" Su comentario provoca risas entre los presentes, rompiendo el momento romántico con humor.

Maica, Óscar y Romina están preparando la cena, pero el hambre ya les aprieta. Óscar no puede evitar picar algo mientras cocinan. Frigenti, por su parte, ya ha terminado de cenar y se encuentra en la barra de la cocina, relajado.

Cena en marcha: Sergio y María al mando de la cocina

Llega la hora de la cena y el chef Sergio, junto a su sous-chef María, se ponen manos a la obra. En el menú: filetes de lomo, un poco de pan, queso y unos huevos que, aunque Sergio no los quería incluir, María ha señalado con astucia que están a punto de caducar y hay que aprovecharlos antes de que se desperdicien.

Maica pone ritmo: todos imitan su paso de gogo

En un ambiente relajado, Maica enseña un paso de manos de gogo. Entre risas, todos intentan imitarla, creando un momento divertido y espontáneo.

¿A ti cada día te gusta más? Le pregunta Marieta a María, quien responde que sí.

María, aún inquieta, le explica a Marieta que sus sospechas crecieron después de escuchar a José María decir: "Yo me separé enamorado de ella". Esa frase la dejó pensativa, pues no suena a algo que se diría si realmente se hubiera superado la relación. Además, Jose María mencionó que "en una relación a distancia siempre habrá terceros", lo que le da qué pensar sobre seguir con la relación a distancia fuera de GH...

María, con una expresión preocupada, lleva a Marieta a la lavandería para hablar a solas. Una vez allí, le confiesa lo que la tiene intranquila: sospecha que José María sigue enamorado de su exmujer.

"Igual son imaginaciones mías", dice María, intentando restarle peso a sus pensamientos, pero no puede evitar señalar que José María no deja de hablar de ella, siempre con mucho cariño. Para María, esto deja claro que le gusta que le tenga afecto y que hable bien de ella, pero su intuición le dice que todavía tiene sentimientos por su ex. Decide que le preguntará directamente para aclarar la situación.

La ansiedad de Maica alcanza su punto máximo cuando, llorando y visiblemente angustiada, exclama: "¡Me ha entrado una ameba en el ojo!". Su miedo es evidente, y la situación parece desbordarla. Mientras tanto, Frigenti Y Óscar intentan consolarla, tratando de calmarla con palabras tranquilizadoras, pero la preocupación de Maica por lo sucedido la mantiene en un estado de pánico. La tensión en el momento es palpable, y todos se sienten afectados por su angustia.

Desesperada por aliviar el malestar que siente en su ojo, pide comino negro para echárselo.

Los demás concursantes siguen preparándose.

Maica acaba de salir de la ducha, aún preocupada por el barro y las posibles consecuencias de la prueba. Aunque se ha lavado y siente algo de alivio, no puede evitar volver al lavabo para lavarse la cara nuevamente, intentando sentirse más limpia y tranquila.

Su ansiedad por el barro y las larvas sigue presente, pide que la dejen sola.

Romina cede su turno en la ducha sin problemas, pero al intentar desmaquillarse, se da cuenta de que se le olvidaron los discos de algodón. No duda en pedirlos al Súper, buscando resolver rápidamente el inconveniente.

Después, al hablar con Frigenti, se sincera sobre cómo se siente tras la prueba. Con tono preocupado, le comenta que siente que fue muy lenta y que, en cierta forma, se siente responsable de que no hayan conseguido un mejor tiempo. Aunque sabe que no puede cambiarlo, le habría gustado ser el "lastre" en lugar de "guía".

Marieta comenta, “Yo también me rallaría si me dicen 'en una relación a distancia es imposible que no haya terceras personas". La frase genera un ambiente tenso, ya que toca un tema delicado sobre las relaciones, y algunos se quedan pensativos ante su comentario.

Por otro lado, el grupo comienza a comentar sobre la prueba, destacando que creen haber hecho un buen trabajo, lo que les da confianza para la compra que se avecina. Sin embargo, María no parece estar tan tranquila. Los nervios de la prueba la han dejado mareada, y su malestar es evidente mientras trata de recuperarse entre risas y charlas.

Todos terminan la prueba y, agotados, se retiran a sus albornoces. El ambiente se torna más relajado, pero la preocupación por Maica persiste. Entre risas y comentarios sobre el reto, los demás intentan tranquilizarla, asegurándole que el barro no tiene gusanos ni larvas, comparándolo con los barros de mascarilla que ella misma usa. Quieren que se sienta más tranquila, ya que notaron lo mal que lo pasó.

En el baño, Romina, aliviada tras la prueba, comenta lo sucedido con los demás. Sin embargo, hay algo que también le llama la atención: la bata rosa que lleva puesta. Le encanta tanto que no duda en decirle al Súper que le gustaría llevársela a casa.