Begoña ha explicado que durante años Jaime Ostos y su mujer, Mª Ángeles Grajal, fueron como hermanos para ella y su marido. Viajaban juntos, compartían casa cuando el torero y su mujer viajaban a Marbella a visitarlos o cuando ella y su esposo estaban en Madrid, pero cuando aparecieron los problemas y el marido de Begoña se suicidó “desaparecieron de mi vida”.
“Yo me sentía dolida porque había determinadas señoras amigas, sobre todo más amigas de Mª Ángeles, no me dieron el pésame y le comenté que estaba mal porque no me habían llamado. Yo la había notado fría desde unos días atrás, pero su contestación me dejó aún más fría, me dijo ‘Es que no saben si darte el pésame o la enhorabuena’. Además, me añadió que eran sus amigas y que por nada del mundo se iba a enfadar con ellas por mí”, explicaba Begoña con lágrimas en los ojos al recordar el trágico suceso.