Para el rescate de Laura se ha montado un dispositivo policial dirigido por el CNI, donde han acudido también los padres de Laura, Alberto Guzmán y Ana Chantalle. Pudieron localizar la ubicación de Laura gracias a una llamada que le hizo a su madre sin que Juan, el secuestrador, se enterara. Pero él acabó pillándola y volvió a llamar a Ana, exigiéndola que fuese ella sola al almacén donde se escondían. Quería negociar directamente con ella y exigió que fuese sola.
Cuando Ana está a punto de entrar al almacén para intentar arreglar las cosas, Juan se da cuenta de que una de sus exigencias no se ha cumplido: la vicepresidenta va acompañada de policías armados. Para demostrar que va en serio, pega un disparo que hace que a todos se les hiele la sangre.
Ana entra en el edificio y se enfrenta, cara a cara, con Juan. Laura está bien, pero él tiene un as en la manga para guardarse las espaldas. Hace que Laura confiese que todo el plan de la droga se le ocurrió a ella y, mientras habla, graba la declaración en vídeo. Su idea es enviárselo a varios contactos. Mientras todo esto ocurre, Andrés, el jefe de seguridad de la Moncloa, y Carlos Castillo, exagente del CNI, se acercan al secuestrador para reducirle. Lo consiguen, pero algo sale mal...
Cuando todo se resuelve y harto de estar siempre manchándose las manos de sangre, Andrés le presenta su dimisión a Gutiérrez Casas. El expresidente y líder del partido en la sombra tarda poco tiempo en encontrarle un sustituto: Carlos Castillo. ¿Cumplirá las órdenes de su nuevo jefe con la misma fidelidad que lo hacía Andrés? ¿O tiene otro plan?
Pese a todos los esfuerzos para que nada de lo relacionado con el secuestro se filtrase a la prensa, los medios de comunicación han acabado por enterarse. Mientras Alberto Guzmán y Ana Chantalle hablan sobre ello, Laura, que se está recuperando de todo lo ocurrido, sufre un desmayo y empieza a sangrar.
¿Te has quedado con ganas de saber más? En este avance podemos adelantar algunos de los sucesos del próximo capítulo.