Malos tiempos para Duque. Su imperio se tambalea. Catalina, ya casada con Cortés, le tiende una trampa para que su marido pierda la confianza en él y deje de protegerlo. Cual Matahari en medio de una guerra, Cata seduce a Duque y le pone en una encrucijada: le obliga a elegir entre ella y sus negocios. Si de verdad quiere a la joven, deberá dar la espalda a Cortés; sólo así podrán huir juntos. El protagonista cae en la trampa y da la orden al Gitano, su más estrecho colaborador, de que busque otro puerto para recibir la mercancía procedente de Colombia, en lugar de llevar a cabo la operación en el proporcionado por Miguel Cortés.
Además, le surgen problemas con otro grupo de narcos con los que había acordado hacer negocio. Agustín y Pertur matan a Vladimir Panov, que había atracado el bar de Duque llevándose una importante suma de dinero. Vladimir era la mano derecha de Anatoly Vólkov, jefe de la organización rusa con la que Duque había llegado a un acuerdo para traer droga de Colombia y en el que había comprometido a Miguel Cortés. A esto se une que el equipo del inspector Torres les sigue los pasos, puesto que investigan la pista de Vladimir por un asesinato cometido por él.
Por otro lado, Paula, muy afectada por la muerte de Jesús, confiesa a Cata que está embarazada y le pide dinero para abortar. Catalina acude a su madre para que intente convencerla de que tenga el niño, pero Fina vuelve a echarla de casa. Después, recapacita y ofrece a Paula que se marche a vivir con ella para poder sacar al bebé adelante.
Jessi se enfrenta, por fin, a los desplantes de Duque; ya no aguanta más sus malos gestos y le anuncia que se marcha y que le deja solo. El hombre duro siente miedo y le confiesa que le gusta que ella permanezca a su lado, si bien no puede prometerle nada porque aún está enamorado de Catalina.
La teniente Cuesta va a casa de Torres con la excusa de un tema de trabajo, pero al día siguiente pide al inspector que no se lo comente a nadie. Parece que comienza otra trama en la serie de más éxito.