Aída se marcha de Honduras sin despedirse de sus compañeros

Aída se ha marchado de Honduras, otra vez. Y ha vuelto a hacerlo envuelta en polémica, otra vez. Después de haber cumplido su misión, la de pasar tiempo con cada uno de los supervivientes que quedan en la isla, se ha enterado de que la mayoría de ellos no querían estar con ella y así lo declararon cuando se enteraron de que la pucelana volvía. Por eso, Aída les ha llamado "judas" y se ha ido ofendidísima y quedándose con el cariño de sus dos grandes amigas, a las que cree "haber hecho feliz": Rosa Benito y Sonia Monroy.

Antes de que Christian le diera la mala noticia a Aída de que la mayoría de sus compañeros no querían que fuera de visita a Honduras, la empeñada superviviente creía que había cumplido su misión a la perfección: "Vine para ser el terror de la isla y me he convertido en la felicidad de la isla", ha dicho, aunque pronto ha cambiado de opinión.

Aída ha escuchado a Jessica llorando porque no quería volver a verla y a otros conursantes hablando mal de ella y se ha molestado mucho porque, repite, "siempre se saca lo negativo de Aída". "Que digan lo que quieran porque yo me llevo de aquí dos grandes amigas, Rosa Benito y Sonia Monroy, que para mí es la ganadora de este concurso y a las dos las he hecho felices esta semana y ellas a mí; he enriquecido su vida y ellas la mía, así que si Jessica, que ha sido como un fantasma durante todo el concurso, no quería pasar un rato conmigo pues mejor para mí".

Tras esta decepción de Aída, la pucelana ha decidido no despedirse de nadie cuando Christian Gálvez le ha dado la oportunidad de hacerlo. "Yo sólo quiero despedirme de la gente que merece la pena, no soy hipócrita y miro de frente y no voy a despedirme de quien no quiero y no me quiere. Ya me he despedido de mis amigas y con eso me basta. No quiero ser una judas porque hay mucha gente en la isla que va de Jesucristo y son unas judas".