Aída Nízar cae enferma tras ponerse en huelga de hambre
La noche del jueves ha marcado un antes y un después en la actitud de Aída. Tras que procuraba su supervivencia, la ex superviviente ha dejado también de pescar y de intentar procurarse comida, bebe lo justo y se está abandonando en definitiva. Qué duda cabe que no está siendo la superviviente que quería demostrar que era a su regreso al programa. apagar la hoguera
Hemos visto a Aída vomitando. Según nos informaba Raquel Sánchez Silva en 'Supervivientes: Última hora', la pucelana ha caído enferma y ha tenido que ser atendida por el médico. No obstante, en la últimas horas su estado de salud ha mejorado tal y como confirmaba la presentadora.
Todo apunta a que la Nízar, tan dada como es ella a las 'experiencias religiosas', vive esta en la isla de 'Supervivientes' como una penitencia: "En medio de un paraíso me siento crucificada", ha llegado a comentar. Sin embargo, parece decidida a soportar su cruz auto impuesta hasta el final, y asegura que solo saldrá de allí "con los pies por delante". segunda oportunidad
Aída no levanta cabeza desde que el jueves fuera severamente reprendida por el programa y particularmente abroncada por Jorge Javier Vázquez tras la famosa que mantuvo con Rosa Benito sobre Ortega Cano (que este mismo lunes 'Supervivientes: Última' hora mostraba en su versión íntegra) . Una desafortunada entrevista que la Nízar asegura que realizó "sin mala intención" y con vocación informativa. conversación
Su madre se derrumbaba cuando Marta López le contaba que Aída no quería comer
Ante la extraña actitud de Aída Nízar después de su enfrentamiento con Jorge Javier, Marta López daba la voz de alarma en 'Enemigos Íntimos'. La ex concursante de 'Gran Hermano' le contaba a Mari Ángeles que su hija había dejado de comer y que incluso había apagado el fuego.
Temerosa, la madre de Aída se derrumbaba en plató. Mari Ángeles lloraba desconsoladamente. "Si está en esas condiciones no se va a morir allí. Os juro que no ha hecho tanto daño, no ha hecho tanto mal", decía entre sollozos su madre, que se enteraba en directo de la penosa situación de su hija.
