Kiko Rivera ha comenzado su entrevista que todavía tiene la cabeza en la isla. Y el cuerpo, porque, al parecer, aunque su madre aseguró en el gala (cantando) que le encanta comer, el hijo de la Pantoja va a provechar esta experiencia para mantener la línea. "Se me ha quedado el estómago chico y lo voy a provechar para mantenerme bien".

Una vez analizado su estado físico, Kiko se ha enfrentado a quien se tenía que enfrentar: a Aída Nízar, para dar carpetazo al tema de la broma del hotel: "Mira, Aída, fue una broma y si no lo captas, es tu problema. Aída le ha contestado que a ella las bromas sólo se las hacen los amigos, a lo que Kiko ha respondido sin esfuerzo que puede estar tranquila, que no va a ser su amigo "ni muerto".

Aída les ha llamado a todos "chusma" por haber tenido que montar un complot contra ella; Kiko le ha recordado que el público no la quiere. "Yo me he tenido que ir de la isla por causa médica y a tí te ha echado España", le ha dicho, y ella a vuelto a nombrar a ese 13% de audiencia que la quiere, según Kiko, por mala.

La primera expulsada de Supervivientes ha intentado ofender a Kiko a través de su estirpe: "Qué sería de tí si no fueras un Rivera-Pantoja', un juego en el que Kiko no ha querido entrar. Simplemente ha dicho que su madre es una estrella y que Aída no.

Kiko se acuerda mucho de Jessica

Olvidándose de Aída, el hijo de Isabel Pantoja ha tenido unas palabras para otra concursantes de Supervivientes 2011: "La verdad es que echo mucho de menos a Jessica. Pasaba 24 horas con ella dormía con ella, y es normal que la eche de menos, aunque que quede claro que no voy vamos a tener nada juntos", eso ha dicho Kiko, aunque cuando hay tanto cariño de por medio, nunca se sabe.