Santi trabaja a destajo, eso nadie se lo niega, pero escuchandole cualquiera diría que lo hace mejor que nadie. Y lo peor es que le pierden las formas. Sólo Mayte es capaz de neutralizar sus neuras: "él dice las cosas de una menara, y como ya las conozco, se las devuelvo de otra para que no haya un enfrentamiento importante", explica. Pero no todos tienen la paciencia de la Zúñiga, y Daniela y Cuca (esta última muy afectada) ya se plantean mandarle a paseo.
Y es que nadie está a salvo de la ira de Santi, pero sin duda es Matías el destinatario de la mayor parte de sus desplantes. Por lo visto, 'el largo' la tiene tomada con el argentino al que, todo hay que decirlo, tampoco es que le hayamos visto partiéndose el lomo en la cabaña: Mientras los otros colocaban los palos, el 'pibe' se quedaba sentado a la sombra "apreciando la cueva garífuna". ¡Eso sí que es trabajo de equipo!