En nuestro entorno más cercano, nos relajamos, pero hay que recordar que estas situaciones no son sinónimos de protección y es que hay escenarios de nuestro día a día que pueden convertirse en foco de contagio.
Otro ejemplo: un cumpleaños, de los que cada día hay miles. Cuatro familias se reunieron en una urbanización para soplar las velas: seis personas han dado positivo y 26 están en seguimiento.
Y ¿Cómo puede colarse en un convento de clausura? Puede, ha sucedido en Guipuzkoa, donde las monjas se vieron obligadas a llevar un doble encierro. Otro lugar donde no nos podemos confiar es en un tanatorio. Sucedió en Granada y acudieron unas 700 personas de todas partes de España, lo que ahora supone hacer pruebas uno a uno.