Se trata del duque Jacobo Hernando Fitz-James Stuart, tío de la duquesa de Alba y su sobrino Francisco Javier.
La asociación de amigos de los caminos es la responsable de que el próximo 17 de junio los dos nobles se vean las caras con el juez como imputados. Les acusan de desobediencia, usurpación y sobre todo de apropiarse de caminos rurales y comunes, en concreto de la finca “Los Romanillos” entre Majadahonda y Boadilla del Monte, vallando el paso y colocando carteles amenazantes algunos con la leyenda “peligro zona de tiro”. Junto a ellos el juez también tomará declaración a 42 perjudicados que apoyan la denuncia que hace cerca de un año la asociación presentó ante la Guardia Civil.
Acusados de apropiarse de algo que los querellantes consideran público, los juzgados verán pasar por allí al duque de Berwick, un grande de España y a su sobrino. Enfrente, además de los miembros de la asociación y de decenas de usuarios de los caminos presuntamente usurpados, los nobles también tendrán al Ayuntamiento de Boadilla que parece que animado por la denuncia de los particulares se ha decidido a tomar cartas en el asunto e incluso ha pedido que se revise el catastro para detectar otras presuntas usurpaciones de lo público a cargo de los nobles.
Precisamente los propietarios llevan una década pidiendo al Ayuntamiento de Majadahonda que recalifique parte de la finca, protegida dentro del parque regional, con la intención de edificar urbanizaciones de lujo siguiendo la estela de Boadilla del Monte donde el ladrillo ha florecido entre encinares. Así ocurrió en 2004 cuando el duque le pidió la recalificación al alcalde majariego Guillermo Ortega imputado por la trama Gürtel. Desde entonces y a pesar del conflicto con los vecinos, el nuevo alcalde no se decide a intervenir en el caso. Narciso de Foxá se mantiene al margen, quizá por lo sorprendente que sería ver a un alcalde también noble (Foxá es el actual conde de Rocamartí ) enfrentado a un duque y Grande de España.