Vigo no cumplía el número mínimo de bomberos cuando se declaró el incendio mortal del edificio okupado

  • El parque tenía tres operarios menos de lo que dicta la ordenanza aprobada en 2010

  • Los bomberos ya habían avisado en informes previos del riesgo de incendio en el edificio calcinado

  • Las asociaciones de vecinos de la ciudad exigen autocrítica a la Concejalía de Seguridad Ciudadana

El 10 de mayo de 2010, bajo la presidencia de Abel Caballero, la Junta de Gobierno Local de Vigo aprobó que los bomberos de la ciudad debían tener operativos al menos 20 funcionarios en cada turno, repartidos de la siguiente manera: tres mandos, once bomberos, cinco conductores y un bombero de comunicaciones.

El objetivo de este acuerdo era el de adecuar los medios humanos mínimos a las necesidades reales de la ciudad. Sin embargo, hacía años que estos mínimos no se respetaban.

Según publica el diario La voz de Galicia en su edición local, en la madrugada del pasado miércoles, al incendio declarado en el número 6 de la calle Alfonso X sólo pudieron acudir 16 profesionales, dejando un operario más atendiendo la centralita telefónica del parque.

Incumplimiento de servicios mínimos

Esto suma un total de 17 efectivos los disponibles para trabajar en el incendio mortal que se llevó por delante la vida de una mujer y 3 de sus hijos, todos menores de edad.

El incumplimiento de los servicios mínimos del pasado miércoles trascendió por la gravedad del incendio y sus consecuencias, pero el problema, dicen, “viene de lejos por la precariedad crónica en la que lleva años instalado este departamento de la Concejalía de Seguridad Ciudadana”.

La situación es tal que uno de los dos parques de bomberos de la ciudad ha tenido que ser cerrado de forma reiterada por falta de efectivos. Se trata del parque de Coruxo, que hasta en cuatro ocasiones se ha dejado inactivo porque no había suficientes bomberos para mantenerlo abierto, incluso en alguna ocasión en verano.

 “Cuando inviertes en bombillas... en vez de en bomberos”

Las asociaciones de vecinos de la ciudad pontevedresa llevan tiempo quejándose de “la precariedad de estos servicios” y en concreto, la Federación de Asociaciones Vecinales de Vigo Eduardo Chao (Favec) asegura que ya a finales del pasado mes de junio instó formalmente al Concello de Vigo a “intensificar la seguridad de los ciudadanos”, reiterando la petición de “reforzar la plantilla de bomberos”.

La presidenta de la Favec, María Pérez, considera “inadmisible” que no se cumpliese el número mínimo de efectivos cuando se incendió el edificio de la calle Alfonso X el Sabio, y recuerda que la falta de bomberos “ya obligó a cerrar el parque de Coruxo en varias ocasiones”.

Además, Pérez lamenta la situación en la que residían los vecinos y vecinas afectados por las llamas y exige “autocrítica a la Concejalía de Seguridad”.

La decepción de los vecinos con este servicio del Ayuntamiento de Vigo es más que evidente, y entre los comentarios de la noticia se pueden leer algunos tan llamativos como: “Cuando inviertes en bombillas… en vez de en bomberos”, refiriéndose a la controvertida apuesta de Abel Caballero por convertir Vigo en “la ciudad más luminosa del planeta” cada navidad.

Un reto para el que el Concello de Vigo tiene en este momento al menos dos contratos que se acercan a los tres millones de euros, y que indigna a muchos vigueses y viguesas.

“No cumplimos los mínimos, no podemos garantizar la seguridad”

La gran mayoría de los bomberos de Vigo, de los parques de Coruxo y Teis, coinciden al afirmar que el cuerpo tiene poco personal y que de esta manera no pueden garantizar la seguridad de los vecinos y vecinas.

David López, bombero delegado de Sico, ha explicado esta misma mañana con lágrimas en las mejillas que “no cumplimos los mínimos, no se puede garantizar la seguridad, el ayuntamiento miente”.

Cuenta que existen informes de riesgo de incendio del edificio calcinado al que el gobierno local ha hecho caso omiso y que ya habían estado en este edificio al menos unas 5 o 6 veces este año.

División entre la mayoría del cuerpo de bomberos y el gobierno local

En el año 2019, siendo concejal Carlos López Font, se publicó un decreto por el que se obligaba al personal de emergencias a trabajar en vacaciones y días libres si eran requeridos para ello. De esta manera el ayuntamiento pretendía paliar la escasez de plantilla, “que apenas se ha reforzado”, apuntan en La Voz de Galicia.

La Justicia lo anuló, pero el decreto, dicen, “acrecentó la división entre la gran mayoría del cuerpo y el gobierno local”.

La situación ahora es la siguiente: la oferta pública de empleo correspondiente al 2020, 2021 y 2022 está pendiente de convocarse, y la de 2023 todo apunta a que se repita esta tónica dominante.

Aunque lo peor está por llegar ya que a finales de año y durante el 2024 se jubilarán 19 trabajadores, que visto el panorama no tendrán sustitutos a corto plazo y acrecentará los problemas de seguridad existentes en la ciudad.