Los pescadores gallegos, igual que el resto del gremio en todo el mundo, están sometidos a jornadas laborales muy largas e intensas que varían en función de cómo esté de “generoso” el mar o de las condiciones meteorológicas.
Desde mayo del 2019 la Ley impone que todas las empresas de España deben realizar el registro horario de sus jornadas, incluyendo descansos, libranzas y vacaciones, y el sector de la pesca, pese a las peculiaridades de sus funciones, también se incluye en esta obligación, aunque hasta ahora se pasaba un poco por alto.
Dirigentes de la patronal Cepesca (Confederación Española de Pesca) y de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP) se reunieron recientemente con funcionarios de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, concretando cuestiones relativas a cómo fichar, por lo que a partir de ahora, al menos sobre papel, se garantizan los horarios laborales de todos los tripulantes de los pesqueros españoles, algo que no acaba de convencer a un sector cuyos beneficios van, casi siempre, en función de las horas dedicadas a faenar.
Inspección les ha trasladado a los representantes de las flotas que las definiciones del tiempo de trabajo efectivo y descanso “son claras e intocables”, algo que el sector ve muy complicado de cumplir sin sufrir consecuencias indeseadas.
Patrones y marineros, lejos de ver beneficios en esta norma que en principio está pensada para su bienestar y seguridad, la ven como “un problema gordo”.
Así lo asegura Sauro Martínez, marinero del “Playa de Sanxenxo” y patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Sanxenxo, quien confiesa a Informativos Telecinco que para ellos “es un auténtico engorro tener que ceñirse a las 40 horas semanales” ya que las ganancias de todos fluctúan en función de lo que pescan y tener que ceñirse a unas horas concretas les supone “perder de pescar” en muchas ocasiones.
Ellos fichan en una planilla física en la que cada uno registra su hora de entrada y salida, que luego le pasan a una gestoría; "y en esa plantilla deben cuadrar las horas", algo que no resulta nada fácil para un trabajo que depende del tiempo atmosférico, de la estación del año o de la zona en la que se pesca, entre otras muchas cosas.
Hay semanas enteras que estos marineros, igual que muchos otros, no pueden salir a pescar por el tiempo, y cuando pueden, su deseo es aprovechar y trabajar más horas ya que ganan en función de lo que pesquen. En su caso, además, tres horas de la jornada ya son de navegación (de ida y de vuelta hasta el punto donde pescan), una variable más en esa complicada ecuación que el patrón del pesquero debe resolver.
“En esta embarcación se necesitan como mínimo tres marineros para salir; si libran uno o dos para compensar las horas que han hecho, ya no podemos salir a faenar”, “y si a un marinero le dices que no puede venir un día porque ha hecho horas de más, si no viene no cobra, y es un problema”.
Sauro Martinez relata, además, que en muchas ocasiones deben trabajar con prisas para que cuadren las horas y que eso supone un peligro añadido a su trabajo.
Víctor Soto, marinero del “Playa de Sanxenxo” también lo ve “un exceso” y asegura que “en el mar no debe haber horarios”; añade que “hay días que tardamos más y otros menos, pero nosotros queremos salir al mar a ganar dinero”, ya que ganan en función de lo que pesquen, y si tienen que ceñirse a las horas estipuladas, limitan mucho su actividad.
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