Dos días después de la noticia de la retirada de los duques de Sussex llegan las primeras consecuencias.
El Museo de Cera de Londres les ha separado de la Familia Real Británica. Las figuras del Príncipe Enrique y Meghan Markle ahora ocupan un nuevo espacio justo enfrente del resto de miembros.
La reina Isabel II está decepcionada y dolida porque su nieto no la haya obedecido. Ella quería que al menos hubiera retrasado su decisión.
Sin embargo, son su padre y su hermano, Carlos y Guillermo, los herederos, quienes están directamente furiosos. Se plantean incluso retirarles la escolta y su renovada mansión, algo a lo que Enrique y Meghan no han renunciado.
El tío bisabuelo de Enrique ya dejó el trono por amor a Wallis Simpson. Ahora, son ellos los que proclaman la república independiente de sus vidas.