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Las grandes protagonistas no estarán en la final

No estarán en la final las tres grandes protagonistas de la edición. Patricia, Aroa y Edurne fueron expulsadas aunque, salvo Patricia, serán jefas de campaña por elección de dos de los finalistas.

Patricia, Aroa y Edurne. telecinco.es

Analizar ‘realities’ es para el gato tan satisfactorio como formar parte de ellos para sus concursantes. El placer de ver frente al de ser visto.

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Cayó Patricia después de haber parecido invencible las últimas veces que salió a la palestra. No me puedo creer que ganase Raúl, un concursante del que cuesta hacer una reseña. Por si esto fuera poco, al rato caía Aroa dejando como finalista a Quili, una vez que el resto de su tropa ya estaba fuera. Era previsible que Aroa perdiese su duelo con Rocío, concursante de las que suelen gustar a los espectadores de las galas, donde ha salido bien parada cada vez que Jorge Javier Vázquez la puso en un brete. El último duelo no tuvo una resolución tan esperada porque Edurne caía frente a Quili. Aparte de Patricia, Aroa y Edurne también se fueron anoche Joon y Jonay, pero su salida no ha sido tan injusta como las de estas tres concursantes, grandes protagonistas de la edición más breve en la historia del formato en nuestro país.

Ha sido decir en uno de los vídeos de mi moleskine que estaba por decidirme entre Aroa y Patricia para ganar este concurso y ser expulsadas ambas. Noche aciaga en la que tocó sufrir al ver como se proclamaban finalistas las amigas Rocío y Desi, que aparte de hacer de comer no han tenido más tramas, salvo el tímido reconocimiento de la atracción que siente Rocío por Cristian desde la primera semana. También entre los cinco finalistas están Raúl, Cristian y Quili, como ya apunté antes. Permítaseme decir que es un grupo de segundones que no le llegan ni a la suela del zapato a nuestras tres deidades. Con cualquiera de ellas en la final no me cabe duda de que habría ganadora segura el próximo jueves.

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Nos hemos quedado sin villanas

La pareja de amigas finalistas ha jugado la baza de dar imagen de buenas chicas, no muy ilustradas, pero con buen corazón y entregadas a la tarea de cocinar y hacer la compra. Real que Desi y Rocío, especialmente esta última, sonaban desde hace semanas como posibles ganadoras. No así sus tres afortunados compañeros. Se podría dar el caso de otra final desnaturalizada, como la anterior (habló del Gran Hermano con anónimos, el formato original), pero no será así. Ganará Rocío, un mal menor frente a la posibilidad de que lo hicieran Cristian (que todavía tiene opción) o Jonay (que se quedó anoche sin entrada a plató, al igual que su amiga Edurne).

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Tengo dicho que Patricia ha sido villana a su pesar, lo cual ha llevado con gran dignidad. Anoche en plató demostró que no es quien nos pintaron algunos de sus compañeros. Sin rencores quiso dar un abrazo a Almudena y no hizo sangre con la salida de Aroa, una de sus principales enemigas en la casa. No tuvo ni un gesto de desprecio hacia Raúl por sus gestos en el momento de saberse salvado, a pesar de lo impropio que resultaron. Desentona una actitud como la del soriano en una edición donde han podido decirse de todo, pero a la hora a la verdad la mayoría demostró estar a la altura. Se puede celebrar un triunfo sin perder las formas.

Patricia se había ganado a pulso una plaza de finalista. Ella fue la única persona de la casa a la que Edurne le confío su ya desvelado secreto. No dudó en acabar bruscamente su buena relación con Almudena sin escatimar ni una sola explicación sobre por qué le daba la espalda. Además, tenía razón, en mi humilde opinión. Aroa y ella han vivido altibajos en su relación, pero ambas dieron su sitio a la otra. En definitiva, estaban reconociéndose como rivales, lo cual es muy de agradecer. Pienso que ellas, igual que muchos aquí fuera (entre quienes me encuentro), pensaron que llegarían a la final y se tendrían que disputar un premio que finalmente irá a parar a alguien que no puede acreditar tanto protagonismo en estas cinco semanas.

La transición de Patricia a villana involuntaria resultó emocionalmente trágica. No se le puede reprochar que no se haya dejado los pelos en la gatera. Mientras otros se contentaban con estar, ella pagaba un precio alto por su sacrificio personal en el concurso. Puestos a ser villana lo quiso hacer bien y es por eso que llegó a convencer en ese rol. El gran error con esta concursante es no haberse dado cuenta de su poca beligerancia con sus enemigos. “Te he echado de menos”, le decía a Almudena. Eso y que trajera en sus maletas un vestido suyo para forzar un encuentro personal en el que dárselo, son indicadores de que esa otra Patricia es tan real como la obligada por las circunstancias a ser una gran villana.

Unos duelos envenenados

Los duelos previos a la cena de los finalistas estaban cargados de veneno. Tan importante era ser elegido primero para poder decidir con quién enfrentarse, como quedarse el último y librarse del duelo. Esto le pasó a Cristian, señalado directamente por Quili como el quinto finalista, aunque fuera proclamado antes que el cuarto. Le tocó abrir fuego a Raúl al haberse salvado de la primera expulsión habida anoche. A la hora de elegir su rival en el duelo quiso que fuera Joon. Raúl había superado ya su enfrentamiento con Patricia y ahora le tocaba medirse con el de origen japones y coreano. Ganar los dos duelos hizo que estuviera tan subidito a partir de ese momento. Me genera dudas su elección de que fuera Rocío la siguiente en elegir rival. Ignoro si quiso castigarla o no se dio cuenta de que dándole esa pequeña ventaja a la peluquera estaba firmando el fin de Aroa en el concurso.

Los duelos siguientes fueron entre Desi y Jonay, así como entre Quili y Edurne. Ganaron Desi y Quili. Que Jonay sería de los que no catarían la cena de anoche estaba muy claro. Ahora bien, Edurne fue considerada de forma unánime por sus compañeros como una clara ganadora la noche de su curva de la vida. Las cosas en Gran Hermano cambian muy deprisa y anoche no fue capaz de ganarle el pulso a Quili, un concursante desdibujado y encerrado en sí mismo desde la salida de Paula, que ha sobrevivido gracias a estrechar su relación con Aroa. Es sintomático que tanto Joon, como Jonay o Quili hayan sido concursantes dependientes de un compañero. Joon y Cristian lo fueron mutuamente, Jonay claramente de Edurne y Quili primero de Paula para tras su marcha refugiarse en Aroa.

Esto que digo sobre la dependencia de otros afecta a los chicos que han llegado a la final o se han quedado a las puertas de esta. La excepción sería Raúl, de quien ya apunté ayer que se trata de un verso suelto, poco o nada dispuesto a ser gregario. En puridad, es el único que se podría medir con Patricia, Aroa y Edurne, aunque a diferencia de estas no ha sido nada protagonista. Raúl apenas generó contenido, justo todo lo contrario que esas compañeras con quienes tiene en común haber sido un concursante autónomo, sin dependencia de otro u otros. Mientras las tres protagonistas de la edición dieron claras muestras de liderazgo, Raúl estaba de oyente, viéndolas venir. No lo digo en demérito suyo porque es muy complicado estar a la altura de tres grandísimas concursantes como Patricia, Aroa y Edurne.

Sorpresas en la elección de jefes de campaña

La elección de jefes de campaña que hicieron los cinco finalistas da muestra de la escasa ligazón emocional de algunos de ellos. No hubiera sabido prever que Raúl elegiría a Edurne, ni que Desi se decantaría por Mamadou. Algo más disimulado queda que Rocío eligiese a José Manuel, a quien tuvo de aliado en la cocina. Tal vez no sea una elección emocional, pero al menos lo es gremial. Sin embargo, estaba claro que Quili contaría con Aroa y Cristian con su inseparable Joon. Estos dos serán los únicos que hayan vivido un encierro largo si al mes y medio que durará aproximadamente esta edición le sumamos otro tanto que duró Uno de GH20.

Ni siquiera hubo suerte en la elección de jefes de campaña, que en otras ocasiones aportó el salseo de exconcursantes elegidos que rechazaban serlo u otros celosos por no haber resultado elegidos por nadie. No se dio el caso esta vez y es entendible. Hubiera sido imposible de entender que alguien se acordase de Almudena o Diego. Mucho menos de Sofía o Noah, que apenas llegaron a ser concursantes. De los deshechos de este Gran Hermano en otros tiempos se hubiera podido montar otro reality. Pero ahora ni hablar del peluquín.

Moleskine del gato

No pasó inadvertida la fría despedida entre Joon y Cristian. La explicación pergeñada por este último tampoco me pareció muy convincente. Que Joon ganase el programa con el que se completaba el casting de la edición le pudo hacer pensar que mantendría hasta el final una ventaja respecto a su compañero Cristian. Anoche, ser expulsado frente a Raúl le pilló con el pie cambiado. No sabemos cómo reaccionó al ver como Cristian se convertía en finalista evitando pasar un duelo, como hicieron todos los demás. Me aventuro a decir que muy contento no debía estar, a pesar de que se alegrase en el fondo por su compañero.

Contrasta la pasividad de Joon o Desi tras ver imágenes de lo que han dicho de ellos otros concursantes con la enérgica respuesta de Aroa. Ella es la única que parecía tener un poco de sangre en las venas en esos momentos. Solo por ello deberían haberle dado el maletín directamente. Ya puestos… de perdidos al río.

[Todas las imágenes de este texto han sido capturadas por el autor]