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El infierno de Fran, un gitano que huyó de su casa tras ser obligado por sus padres a sacar "el demonio" de la homosexualidad

Fran relata en 'El diario de Jorge' el infierno que sufrió con su familia tras descubrir que era gay
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Jorge Javier Vázquez ha aplaudido "la valentía" de Fran, un joven de 20 años que se escapó de su propia casa tras rechazar sus padres su condición sexual. Este valenciano ha relatado su dura historia llena de odio y golpes, tanto físicos como psicológicos. "Soy gitano, soy gay y mis padres nunca han podido aceptar eso por lo que diga la gente", comienza diciendo.

Su calvario comenzó cuando una de sus primas le le dijo a su padre que había descubierto una conversación "subida de tono" con otro chico. Fue otra prima suya la que se hizo eco de ese chat privado que Fran no pudo ocultar cuando le prestó su ordenador. Tenía 16 años y muchas inseguridades. Y la reacción de sus padres tras saber que había conversado con ese chico le dejó totalmente destrozado.

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La reacción de su madre al saber su homosexualidad: "Me dio un tortazo"

"Mi padre me llamó y me dijo: 'vete a casa que me pongas una cosa'. Se me echó a llorar diciéndome que por qué había hecho eso", relata. Fran, con mucho miedo en aquel momento, le negó a su padre que tuviese la conversación. Pero con su madre ya no pudo ocultarlo y en su casa se llevaron las manos a la cabeza. "Me rompió un teléfono, me dio un tortazo y rompió el ordenador", dice.

Después, sus padres decidieron llamar a unos pastores de la Iglesia. "Oraron por mí diciendo que querían sacar un espíritu dentro de mí, un demonio", comparte. El rechazo y control de sus padres llegó hasta el punto de que le pusieron una cámara en su habitación para comprobar si leía o no la biblia. "Durante muchas noches se ponían en un extremo de la cama rezando para sacar el demonio que tenía dentro", narra en 'El diario de Jorge'.

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El aterrador episodio de sus padres con una expareja

Fran llegó a estar encerrado en su casa durante 3 meses. Sus padres le intentaban apartar de todas las amistades que él se hacía, e incluso pretendían cargar contra las parejas que se echaba en su adolescencia. Un día, escuchó los gritos de su expareja y sus amigos a la salida del instituto. Su madre estaba cerca. Y su padre luego vino con el coche, aunque él cree que lo hizo con un objetivo. "Si vino rápido era porque quería llevarse a alguien", comenta.

Lo único que hacía en ese tiempo era comer y ver la televisión. "No podía hablar con nadie. Solo con mis tías y mi abuela que me decían que cambiase", cuenta. El infierno continuó hasta el día en que Fran decidió escapar de su casa. "Rompí la ventana, me fui de ahí y llamé a la policía por teléfono", señala. Avisó a los agentes de su situación y les pidió que le llevasen a un centro de menores. "Me fui 'de cabeza'", dice.

Fran recuerda esa etapa en el centro y cree que fue mucho "mejor" que la vivida en su casa. Ahora, asegura que "por desgracia" ve "casi todos los días" a sus padres. "Están todo el dia comparandome y diciéndome que cambie", señala. Hace poco fue a comer con ellos y le pidieron que no se sentase a su lado porque para ellos no es "gitano". "No quiero a mis padres. A día de hoy tengo el apoyo de mi abuela, que es por la que de verdad vivo", puntualiza.