Conmueve a ‘El diario de Jorge’ al relatar la muerte de su hijo con 10 años: un accidente de moto en el que conducía su padre
El silencio se adueñó del plató cuando narró cómo un accidente de tráfico cambió su vida para siempre: ahora busca recuperar la relación con su hija Claudia
El plantón de una invitada a su examiga tras descubrir que estaba en 'El diario de Jorge': "No me quiero quedar aquí"
En una de las entregas más emocionantes de ‘El diario de Jorge’, Carmen se sentaba frente a Jorge Javier Vázquez para contar una historia que heló el corazón del público. Antes de reencontrarse con su hija, la protagonista quiso abrirse en canal y compartir el capítulo más duro de su vida: la pérdida de su hijo de apenas diez años en un trágico accidente de tráfico.
Con la voz entrecortada, Carmen recordaba aquel 1 de abril que marcó su existencia. “Lo vi por última vez a las doce y cuarto. Le hice una foto con el traje de comunión. Dos horas después me llamaron para decirme que su padre había tenido un accidente… y que no sabían nada del niño”, relataba con entereza. Minutos después, una pareja de guardias civiles le confirmó la peor noticia: su hijo había fallecido.
Visiblemente emocionada, Carmen compartió con Jorge cómo aquel suceso destrozó su vida y su familia. Durante años, confesó, vivió anestesiada por los tranquilizantes y la tristeza, incapaz de atender emocionalmente a su otra hija, Claudia, que entonces tenía ocho años.
“Ella perdió a su hermano y a su padre, pero también a su madre. Yo me bajé del mundo”, admitía con honestidad. Con el paso del tiempo, madre e hija lograron reencontrarse, aunque la adolescencia de Claudia estuvo marcada por el dolor y los reproches. “En una discusión me llegó a decir: ‘Me tenía que haber muerto yo’”, contaba Carmen con el alma rota.
Una sorpresa que cura heridas
Tras recordar su historia, Jorge le anunciaba a Carmen que alguien muy especial había estado escuchando sus palabras. Claudia entraba en el plató entre lágrimas para abrazar a su madre en un momento que emocionó a todos los presentes.
“Tu felicidad depende de la mía, y la mía de la tuya. A pesar de todo, te quiero con locura”, le decía Carmen mirando a su hija.
Claudia, visiblemente emocionada, respondía con una gran madurez: “Solo puedo darle las gracias. Entiendo su dolor y quiero que sea feliz. Se lo merece”.
