La estilista recoge a Víctor en la carnicería en la que trabaja a diario y se lo lleva de tiendas. Lo primero que le dice es que no puede ir de rollo hipster y a la vez también de hippy y de Jesucristo Superstar. Además, Paula, la abuela de Víctor se acerca para ver cómo cambia su nieto y, a cambio, se lleva un tratamiento de belleza. "Paula, tiene miedo a disfrutar porque la vida no le ha dado nada", comenta Cristina.