Sumario del crimen de Gabriel: la confesión de Ana Julia y el seguimiento que le hizo la Guardia Civil

telecinco.es 22/06/2018 11:01

Ana Julia Quezada narra al juez cómo acabó con la vida del pequeño Gabriel el 27 de febrero. En su confesión cuenta, paso a paso, cómo convenció a Gabriel para ir con ella desde Las Hortichuelas hasta la finca de Rodalquilar, donde asfixió al pequeño. "Salí de la casa para ir a Rodalquilar, me encontré con Gabriel y le pregunté que qué hacía y me dijo que era muy pronto para ir a casa de sus amigos, entonces le dije que subiera conmigo al coche y me acompañara a la finca", cuenta. Una vez allí, la asesina confesa explica que Gabriel "cogió un hacha y le dije que la dejara. Él me dijo: vete a tu país. Quiere que tu padre esté con mi madre".

Al llegar al lugar, la autora del crimen asegura que Gabriel se puso violento. "Cuando llegamos él empezó a jugar. Cogió un hacha y yo le dije que la dejara que podría hacerse daño. Él me dijo: "Cállate, vete a tu país. Quiero que mi padre esté con mi madre y no contigo". "Me empezó a insultar diciendo: eres una negra fea. Vete a Santo Domingo".

En su confesión, un mes después del asesinato, Ana Julia cuenta cómo dio muerte al niño de 8 años. Según su versión de los hechos, ante la imposibilidad de tranquilizar al pequeño Gabriel, comete el crimen: "No quería darme el hacha y forcejeamos. Le tapé la boca y la nariz para que se callara. Ñuego me di cuenta de que no respiraba. Yo no quería hacerle daño".

Tras el crimen del niño de 8 años, dice que se puso muy nerviosa. "Me asusté muchísimo y no sabía qué hacer. Al final, lo enterré en una zona próxima a la piscina en un agujero que hice. Le quité la ropa para meterlo, pero no sé por qué".

A pesar de los hechos, Ana Julia cuenta que el crimen no estaba planificado y lo que hizo con la ropa de Gabriel. "La guardé en una bolsa y la escondí en casa de la abuela del niño. Luego la tiré en un contenedor de vidrio".

Durante los 12 días de búsqueda incansable de Gabriel, Ana Julia tenía un plan estudiado: hacer creer que Gabriel estaba vivo. Por eso puso una camiseta que ella misma encontró, una acción que confirmó las sospechas de los investigadores. "Puse la camiseta para que Ángel creyera que estaba vivo, para darles esperanza y no hacerle daño".

Ana Julia no sabía que la seguían muy de cerca. La Guardia Civil comenzó a rastrear el posicionamiento de su teléfono móvil y siguió cada uno de sus pasos. Además, con la autorización del juez, colocaron mircrófonos en coche de la principal sospechosa. El 11 de marzo siguen el coche de Ana Julia hasta la finca de Rodalquilar. En el sumario del caso, los agentes relatan cómo ven a Ana Julia agacharse en el suelo de la finca y con una toalla tapar lo que podría ser un cuerpo. Lo introduce en el coche, allí sin saber que hay micrófonos, los agentes la oyen hablar sola: “¿no quieren un pez? les voy a hacer un pez… mis cojones”.