Su lucha ha terminado, pero no la de sus padres. Ekai estaba encerrado en un cuerpo de mujer. El jueves, 15 de febrero, decidió poner un punto final a su lucha. Tímido, retraído y con una gran sensibilidad para lo artístico, Ekai se encontraba desde hace meses a la espera de un tratamiento hormonal.
El pasado sábado, el pueblo de Ondarroa despidió a Ekai en un emotivo homenaje celebrado en la plaza del ayuntamiento. Además de mantener 15 minutos de silencio, la bandera del colectivo LGBT ondeo en este pequeño municipio de 9.000 personas. Al día siguiente, Elaxar Lersund, el padre de Ekai publicó en las redes sociales la carta en la que despedía a su hijo.
¿Qué falló en el caso de Ekai? ¿Se tienen que revisar los protocolos? ¿Se podría haber evitado su muerte? Beatriz Server, portavoz de Chrysallis ha respondido a estas preguntas. "Hace falta que todo sea más rápido, no se puede esperar meses porque el cambio corporal es muy rápido", denuncia en el programa.
Además, ha querido agradecer la colaboración de los padres de Ekai en un momento tan duro en sus vidas: "Ellos están destrozados, pero han demostrado una gran generosidad y amor por los demás. Nos han abierto su intimidad y dolor para intentar evitar que esto vuelva a pasar".