Sira huyó de Las Palmas a Madrid dejando en el bidón a Daniel y en la capital de España quiso rehacer su vida. Lo intentó como mejor sabía: usando perfiles falsos en redes sociales. Varias historias puntuales hasta que conoció a un asturiano que cayó en sus redes. Pero aunque había conseguido su objetivo, Sira estaba desconcertada y escribía un diario en el que reflejaba sus pensamientos más íntimos. Una nueva vida en Asturias y una nueva pareja, Sira habla de él en sus páginas. En sus memorias apunta a un nuevo embarazo, repitiéndose el modus operandi de la estafadora de hombres.