El mundo conoce al hijo de Isabel Pantoja y Paquirri, al Kiko Rivera polémico, al fiestero, al concursante de 'Gran Hermano'... Pero no todos saben del Kiko Rivera padrazo. Sólo quienes siguen al Dj en sus redes sociales saben de ese lado tierno y lleno de amor. Sus dos hijos, Francisco y Ana, son su gran pasión. Él se ha encargado de que, a pesar de no compartir la misma madre, se mantengan unidos y disfruten de la bonita relación de hermanos que quizás a él le faltó con los suyos.
Ni la distancia ni su fama han impedido que Kiko Rivera ejerza el papel de padre con sus hijos. Ya lo demostraba con Francisco, su primer hijo. Nació de su fallida relación con Jessica Bueno y ha crecido en medio de los polémicos desencuentros que sus padres han tenido durante su separación.
Por todos es sabida la cantidad de juicios en los que Kiko luchó, sufrió y movió Roma con Santiago para poder obtener la custodia compartida del pequeño Francisco. No la consiguió, y por el momento se conforma con verle un fin de semana cada 15 días. De esa distancia y ese amor nació una de las primeras canciones de Kiko en su carrera como músico: '500 millas', donde el Dj le canta a su hijo a ritmo de electro latino.
Y cinco años después llegó Ana. Kiko Rivera había vuelto a encontrar el amor en Irene Rosales y fruto de todo ello nacía en diciembre de 2015 la pequeña Ana, con el nombre de su bisabuela y una boda bajo el brazo. Y sí, ella también tuvo su canción.
Kiko Rivera mantiene muchos de los momentos más importantes de su vida tatuados en su piel, por eso lleva el nombre y la fecha de nacimiento de su hijo tatuados en su brazo junto al ojo de la pequeña Ana:
La vida de Kiko ha dado un cambio drástico con los años. No soporta estar lejos de sus hijos cuando debe salir de España por trabajo, por eso cuando permanece en Sevilla aprovecha el tiempo al máximo con sus pequeños. Ha dejado a un lado su mundo de fiestas, de idas y venidas... Incluso ha llegado a cambiar la música que escucha por canciones infantiles:
Aunque también tiene tiempo para compartir sus pasiones con sus hijos, como la que tiene con el fútbol. ¡Ana ya tiene su propia equipación del Sevilla!
Pero la pequeña Ana también ha conseguido que su padre se ponga lo que a ella le gusta...
Kiko Rivera tendrá lo suyo, se habrán conocido sus broncas y sus fiestas, sus amores y desamores, pero no cabe duda de que, desde que es padre, hay una faceta nueva en su vida en la que está cumpliendo con sobresaliente. Quizás tenga algo que ver todo lo que él ha aprendido sobre ser padre de aquellos que a él le criaron.