Mayka Navarro, impresionada con la zona evacuada en La Palma: un desierto "sin vida" de ceniza

  • Accedemos a la "zona cero", casi a 1 km del volcán, donde todo el mundo ha sido evacuado

  • Puerto Naos es ahora un pueblo vacío y sin vida, cada vez más negro por el manto de ceniza

  • La fajana de lava conforma ya 33 km de longitud, cambiando la geografía de la isla

Nuestra compañera Mayka Navarro en 'El programa de Ana Rosa' accede a la "zona cero" acompañando a un dispositivo de agentes rurales, bomberos y Guardia Civil.

En las zonas totalmente desalojadas por el volcán se aprecia las montañas acumuladas de piroclastos, fragmentos de rocas volcánicas que se han ido solidificando a lo largo de la erupción. En la zona turística de Puerto Naos, a cerca de 1 km del volcán, constituye una de las primeras en ser evacuadas. En su mayoría se componía por segundas viviendas pese a que algunas personas sí que vivían allí. "Está todo desierto, un pueblo sin vida" nos informa nuestra compañera. El silencio inunda las calles, solo roto por los pasos y las voces de los periodistas a los que han autorizado la entrada al pueblo costero. Desde su impresionante playa de arena negra podemos ver la columna de ceniza que se eleva por encima de los apartamentos deshabitados.

Un pueblo ahora fantasma desde el que se aprecia la imponente fajana creada por la lava y demás materiales, que no se detiene en su configuración al tocar el océano: "formando esa nueva isla que va a cambiar completamente la morfología de la isla de La Palma". Una plataforma de lava que constituye casi 33 km en este momento.

En la zona de Puerto Naos, que se ve restringida por un perímetro de seguridad, la lluvia de piroclastos es incesante y la gruesa capa de ceniza que "además corta, es como lija", se acumula en los tejados y en las calles. Los vecinos se preguntan "¿hasta que punto van a aguantar los tejados, las estructuras de las casas, con el peso de las cenizas?". Por otro lado, el temor a la lluvia aumenta pues la ceniza, en contacto con el agua, forma una masilla que incrementa aún más el peso sobre las viviendas.