‘El programa del verano' se dirige a Málaga para entrevistar a Juan, hijo mayor de la mujer que fue encontrada muerta en una alcantarilla de Málaga. El presunto agresor sería el hermano del entrevistado y ambos son hijos adoptivos de la víctima.
La desaparición de Ángela Mérida fue denunciada por su familia el 23 de mayo. Tanto el Centro Nacional de Desaparecidos como la asociación SOS Desaparecidos lanzaron entonces un aviso pidiendo la colaboración de cualquier persona que tuviera algún tipo de información que permitiera su localización. Los agentes del Grupo de Homicidios trabajaron también en el caso, hasta que sobre las doce del mediodía del martes 12 de junio conseguían encontrar el cuerpo de la mujer, ya sin vida, en el interior de una arqueta. Se encontraba a unos ocho metros de profundidad, en la barriada de Teatinos, Málaga.
Juan amplía información sobre el caso: “No es la primera pelea que tienen, ya ha habido otras peleas y manifestó agresividad en otras ocasiones”. Además, afirma que el presunto agresor “los días posteriores estaba tan tranquilo”. Asimismo, detalla el motivo de las sospechas hacia su hermano: “Uno de mis hermanos se presentó en el recinto y había tapado todo con sábanas, pensamos que le dio un mal golpe”
Después de esto, habla sobre la posible colaboración de otra persona en la agresión: “No sabemos si fue él sólo. Hay un menor que con la presión de la policía dijo dónde estaba el cuerpo”. Ana Terradillos pregunta a Juan si su hermano tenía problemas de adicción, a lo que este responde: “Tenía problemas con las drogas. Ha habido algo de dinero y, por lo visto, él siempre le pedía dinero a nuestra madre y ella siempre que pudo se lo dio”.
Además, reitera sobre las sospechas que tenían en la familia: “Nosotros estábamos seguros de que había sido él por las mantas en el salón y por una llamada de mi madre a mi abuela diciendo que le había sacado un cuchillo. También sabemos que el día 24 puso una denuncia donde decía que le habían roto los espejos, el día 25 fue a sacar dinero y ahí fue donde le perdimos el rastro”.
En adición a esto, Juan habla sobre la actitud del presunto asesino los días posteriores: “Él estaba tan tranquilo, saliendo por la calle con el menor y estuvieron viviendo en la casa”. Para finalizar, el damnificado trata el tema de la enfermedad de su madre: “Ella tenía trastorno de bipolaridad y la pobre no aceptaba el problema que tenía. Este tipo de personas no es conscientes de muchas cosas, a veces no tienen ese apoyo y esa fuerza para denunciar”.