Por qué Mark Wahlberg fue a la cárcel

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Mark Wahlberg en la secuencia de una película.. EP
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MadridMark Wahlberg es un actor conocido mundialmente, no obstante, su camino hasta la gloria no fue para nada fácil. En sus papeles ha desmostrado sobradamente que se trata de un actor polifacético y todo terreno, algo que aprendió desde bien pequeño. Seguro que muchos no saben que Mark Whalberg empezó su carrera delante de los micrófonos como cantante de la banda de rap 'Marky Mark & the Funky Bunch' y compartiendo en muchas ocasiones escenario con los mismísimos ‘New Kids on the Block’, banda de la que formaba (y forma) parte su hermano Donnie Wahlberg. Todo esto, antes de dar el salto a la interpretación.

El laureado actor es el menor de nueve hermanos, lo que hizo que su infancia no fuera nada fácil. Una adolescencia muy complicada, marcada por el consumo de alcohol y drogas y varios delitos graves que lo llevaron incluso a ingresar en la cárcel, donde pasó 45 días. Su paso por este encierro le marcó y le hizo salir "totalmente renovado". 

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Problemas con las adicciones

El 5 de junio de 1971 el actor llegaba al mundo en Massachusetts en el seno de una familia de clase media, su madre Alma, trabajaba en un banco y su padre Donald, hacía entregas a domicilio. El actor es el menor de nueve hermanos, creció en las calles de Boston y comenzó a mezclar marihuana y alcohol con tan solo 10 años, alentado por sus hermanos mayores. “Me daban cerveza y me enseñaban a drogarme, porque pensaban que era divertido verme tambalear”, ha asegurado al actor en más de una ocasión. Lejos de considerarse una víctima, Mark no les guarda rencor por facilitarle el acceso a las bebidas y el cannabis cuando era un niño. “No culpo a nadie. Creo que fue cosa mía llevarlo al siguiente nivel”, aseguró. Sus padres se separaron cuando él tenía 11 años y a los 14 ya era adicto a la cocaína y había dejado el instituto. Empezó a juntarse con una pandilla que traficaban en el barrio y empezó a vender estupefacientes y cometer robos y actos de vandalismo.

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Racismo y xenofobia

El consumo de alcohol y drogas y las malas compañías hizo que fuera partícipe varios delitos de odio que le llevaron directamente hasta la cárcel. A finales 1986, con tan solo15 años y junto a sus amigos, atacó con piedras a tres niños afroamericanos, mientras los insultaban por su color de piel. Recibieron una orden judicial por violar los derechos civiles de sus víctimas, que sirvió como advertencia. Tan solo dos años después, Mark le dio una paliza a un hombre de ascendencia vietnamita hasta dejarlo inconsciente en la calle. Pocas horas después, el actor entró a una tienda donde intentó robar unas latas de cerveza dándole una paliza al vendedor del local, también vietnamita, con tal violencia que fue acusado de dejarlo ciego de un ojo. La propia víctima, Johnny Trinh, aclaró que, si bien fue herido en el ataque de Wahlberg, su visión la había perdido en la guerra de Vietnam y no a raíz de la paliza, lo que favoreció a Wahlberg en su condena.

Las pruebas toxicológicas determinaron que Wahlberg se encontraba bajo los efectos de una droga disociativa y alucinógena llamada “fenciclidina”, conocida como “polvo de ángel”. En el juicio por tentativa de homicidio recibió una condena de dos años, tras declararse culpable de agresión grave. Wahlberg alegó que en ese momento se encontraba bajo los efectos de sustancias y sostuvo que el ataque “no estuvo motivado por cuestiones raciales” y sólo estuvo en la cárcel 45 días. Aquella experiencia transformó su vida completamente. 

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"Estuve en el peor lugar que podía imaginar y no quería volver", se sinceró sobre su paso por el correccional de Deer Island, donde trató sus adicciones. “Cuando finalmente estuve encerrado con el tipo de chicos que siempre soñé ser, me di cuenta de que en realidad no era lo que yo quería”, manifestó.  Desde que se reinsertó en la sociedad, Mark Wahlberg se concentró en redimirse y redireccionar su camino en busca de un futuro mejor. “Cometí muchos errores terribles, pero me encargué de reconocer todo lo que hice mal y lo pagué muy caro”, admitió. A pesar de las dificultades para alejarse de los jóvenes criminales y las actividades ilegales, Mark sostuvo que él “se enorgullecía de hacer lo correcto”. “Yo sólo sabía que quería hacer las cosas bien y juzgar a las personas no ayuda a que uno pueda tener una segunda oportunidad en la vida”, reflexionó.