Ángela Molina, Goya de Honor 2021

Qué fue de Ángela Molina: la actriz de culto española que sigue desafiando el tiempo

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Ángela Molina en el Festival de Cine de Roma en octubre pasado en la presentación de la cinta 'Polvo Serán'.Cordon Press
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Ángela Molina (Madrid, 1955) está a la espera de que este año se estrene Milarepa de Louis Nero, una producción italiana y estadounidense de aventuras y ciencia ficción. También está grabando la serie Pura Sangre, bajo la dirección de Nacho Faerna y Virginia Yagüe, que se podrá ver en Telecinco en 2026. Parece que cuantos más años cumple, mayor longitud alcanza su currículo porque no para de trabajar. En Informativos Telecinco nos hemos acercado a Ángela Molina, la actriz de culto española que sigue desafiando el tiempo.

Ángela Molina Tejedor creció rodeada de artistas admirando sobre todo a su padre, el cantante español de copla y flamenco Antonio Molina (1928-1992) y al que esperaba a que volviera de actuar para “escuchar todo su relato”. En su debut en el cine, Ángela solo tenía 16 años y actuó a las órdenes del director César Fernández Ardaví en la cinta No matarás (1974). Poco después, Luis Buñuel conoció su trabajo y la convirtió en Conchita, una de las protagonistas del largometraje Ese oscuro objeto del deseo (1977) haciendo que alcanzara la fama internacional. Tras 20 años también trabajó con otro de nuestros directores más universales, Pedro Almodóvar en Carne trémula (1997) como Clara, una mujer víctima de violencia de género. Entre ambos proyectos Ángela Molina se fue a rodar a Roma la cinta El gran atasco (1979), de Luigi Comencini junto a Ugo Tognazzi, Marcelo Mastroianni, Annie Girardot y Gérard Depardieu. Entre otras muchas películas participó en Lola, de Bigas Luna (1986), o en 1492: La conquista del paraíso (1992), del director Ridley Scott, protagonizada por Sigourney Weaver y de nuevo por Gérard Depardieu.

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El año pasado rodó Polvo serán del director Carlos Marqués-Marcet con un papel con el que ganó el premio a mejor actriz en el Festival de Roma y el Premio Platform en el Festival de Cine de Toronto, y estrenó El último suspiro, del director Costa Gavras.

Ángela Molina, madre de familia numerosa

Maestra de danza clásica española y directora creativa además de actriz, Ángela Molina también es madre de familia numerosa. Primero tuvo a Olivia (1980), Mateo (1982) y Samuel (1987) fruto de su relación con el fotógrafo y realizador francés Hervé Tirmarche que terminó en 1991. Después llegaron Antonio (1995) y María Isabel (2003) tras casarse en 1995 con su actual marido, Leo Blakstad, un empresario ibicenco nacido en Canadá. El matrimonio intenta llevar una vida discreta lejos del ruido entre Madrid, Málaga e Ibiza, aunque a veces no lo logran. La primogénita de Ángela, Olivia, comparte su profesión e incluso han trabajado juntas en la serie Regreso a Las Sabinas interpretando a una madre y a su hija. Tanto Olivia como su hijo Mateo ya le han dado nietos.

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Goya de Honor en 2021

El 6 de marzo de 2021 la Academia de Cine en su edición número 35 premió la “trayectoria excepcional” de Ángela Molina con el Goya de Honor. La organización subrayó que es una actriz “querida por todos por su autenticidad, su talento indiscutible y su especial sensibilidad”. La artista ha estado nominada a los Goya en muchas ocasiones y en diversas categorías por el trabajo realizado en cintas como La mitad del cielo (1986), Luces y sombras (1988), Las cosas del querer (1989) -para la que también grabó un precioso disco junto a Georges Moustaki bajo el mismo nombre interpretando todas las canciones de la película-, Carne trémula o Blancanieves (2012) pero hasta el momento nunca se había llevado el galardón a casa.

Sin embargo, Ángela fue la primera intérprete española que consiguió el David di Donatello, ha sido reconocida con el Premio Nacional de Cine, con la Medalla de Oro de la Academia, con la Concha de Plata, con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, con el Gran Premio de la Crítica de Nueva York, con varios Fotogramas de Plata o con la Espiga de Plata de la Seminci.

Ángela Molina ha trabajado con los mejores directores de cine de nuestro país al igual que con los más destacados de Italia, Francia, Portugal o Latinoamérica pero nunca se ha paseado como una diva ni le ha gustado que la califiquen de musa de ninguno de ellos. También ha apostado por directores nóveles poniéndose a sus órdenes en sus óperas primas o ha participado en proyectos independientes demostrando que su objetivo es hacer crecer el sector del cine, una profesión que adora.

Últimamente le preguntan mucho por qué no se tiñe las canas o por qué no se opera para disimular las arrugas. Lo cierto es que está igual de atractiva que siempre con una melena donde luce precioso el plata, una sonrisa enérgica y unos ojos vibrantes. Ella asegura con sinceridad que operarse “no va con mi forma de pensar”, pero quien lo haga “hace bien si lo necesita”.  Se lo confirmó a Boris Izaguirre en una entrevista y le explicó que “no hay que luchar contra la naturaleza de la vejez. Hay que disfrutarla, vivirla y conocerla como es”.