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La tiktoker Sandra Pérez lanza un comunicado sobre el duelo por la muerte de su novio: "Tengo un trauma vicario causado por las redes"

La tiktoker Sandra Pérez
La tiktoker Sandra Pérez. TikTok
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En noviembre de 2024, la tiktoker española Sandra Pérez - conocida en las redes por contar sus experiencias en los Estados Unidos - anunció, con todo el dolor del mundo, que su novio, Cauy Alan Brewer, de tan solo 24 años, había muerto en un accidente de tráfico. Cauy vivía con ella en Miami pero, durante un viaje a su ciudad natal - el lugar donde conoció a la tiktoker en su periodo de intercambio - tuvo un accidente que le costó la vida y que cambió también la de su novia para siempre.

Desde entonces, Sandra ha intentado refugiarse en su trabajo como creadora de contenido para "salir adelante", tanto económica como personalmente. Pero, su regreso a la nube ha sido una piedra más en el camino de su recuperación por culpa de los cientos de comentarios que ha recibido sobre su actitud desde la muerte de Cauy. Por eso, diez meses después, esta influencer ha escrito una sentida carta en la que ha tratado de explicar la tremenda ansiedad que le han provocado los juicios indiscriminados:

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"Estaba tan disociada que todo me pareció una película"

"Como muchos sabéis, el pasado mes de noviembre pasé por una de las cosas más traumáticas que pueden pasarle a alguien. Sigo pasando por ello y, por eso, no me atrevo a escribir lo que pasó porque hacerlo tan real todavía me asusta. Después de hacer pública mi pérdida, hubo una oleada abrumadora de comentarios sobre mí que tuvieron un gran impacto en mi salud mental. Al principio, estaba tan disociada que no me daba cuenta de que hablaban de mí, era como si estuviera viviendo dentro de una película", ha comenzado a decir para explicar el verdadero alcance de una pérdida tan dolorosa.

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Tengo ansiedad postraumática mediática generada por el trauma vicario del constante juicio público que estoy sufriendo

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"Con el tiempo, el trauma inicial y el impacto de estos juicios empezaron a manifestarse en mi cuerpo y mente, con cosas como los temblores y la ansiedad que no paráis de notar en mis vídeos y de comentar también. Me pregunto muchas veces si, cuando veis a alguien en silla de ruedas, se lo recordáis constantemente. No sé por qué la enfermedad física se respeta mucho más que la mental", ha dicho, como forma de visibilizar las secuelas de su largo proceso de duelo.

"Lo importante es que lo que siento en relación a las redes sociales es real y tiene un nombre: mi psicóloga me ha dicho que tengo ansiedad postraumática mediática generada por el trauma vicario del constante juicio público que llevo sufriendo en los últimos diez meses. Si lloraba, la gente decía que me estaba aprovechando de la situación. Si reía, era que no me importaba o dolía lo suficiente. Si salía, que lo había superado muy rápido. Si comía, que cómo era capaz. Y, si no comía, que qué delgada me estaba quedando. Esto sigue así hasta el día de hoy y el miedo de vivir sabiendo que voy a ser juzgada me afecta profundamente", ha confesado, con el objetivo de que su sincera carta haga reflexionar a los usuarios de las redes sociales.