¿Por qué las naranjas se venden en mallas de color rojo?

Una malla de naranjas
Una malla de naranjas. getty images
  • El hecho de que las naranjas se vendan en mallas de color rojo no es casualidad

  • Como tampoco lo es el hecho de que los limones se vendan en mallas de color amarillo o los aguacates en mallas de color verde

  • Se trata de una estrategia que aprovecha una ilusión óptica para que esos alimentos nos resulten más atractivos

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Es posible que no nos hayamos dado cuenta hasta ahora, pero podemos comprobarlo la próxima vez que vayamos a hacer la compra. Si nos fijamos en las mallas en las que se venden las naranjas o las mandarinas, veremos que siempre son de color rojo. No es una casualidad. Hay un motivo de peso para ello y, aunque podemos imaginarlo, la respuesta tiene más miga de la que quizá pensamos. 

La importancia del color 

Se suele decir que comemos por los ojos. Es algo que quizá no nos acabamos de creer porque muchas personas piensan, por ejemplo, que el uso de colorantes en alimentación es superfluo. Pero lo cierto es que el aspecto tiene mucha más importancia de la que creemos, hasta el punto de que puede suponer la diferencia entre comprar un alimento o dejarlo en la estantería del supermercado.  

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Por eso quienes se dedican a vender alimentos toman medidas encaminadas a mejorar su aspecto y hacer que nos resulten atractivos. Podemos verlo, por ejemplo, en los anuncios de comida, donde los alimentos se maquillan y las imágenes se someten a retoques digitales, como si fueran supermodelos.

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Pero también podemos verlo en otros detalles, como las etiquetas de los alimentos. Por ejemplo, algunos incluyen en su formulación sustancias como antioxidantes, para que el color no se oscurezca ni adquiera tonos pardos, como ocurre en las legumbres en conserva. Otros incluyen colorantes, para aportar coloraciones o tonalidades que hagan el alimento más atractivo, como ocurre con las chucherías o con los refrescos.  

No solo ocurre en la industria alimentaria. También lo hacemos en casa, como cuando añadimos azafrán o colorante a la paella para que el arroz adquiera un tono amarillento. A la mayoría de la gente le causaría rechazo tomar un refresco de cola transparente, sin su particular color a caramelo, o comer una paella con el arroz pálido.  

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El color en las frutas 

En el caso de las frutas el aspecto también es una característica fundamental. Quizá aún más que en otros alimentos porque nos orienta sobre características como el grado de maduración.  

Pensemos por ejemplo en las naranjas. A partir de su color interpretamos casi de forma inconsciente si la fruta va a estar inmadura o no, y nos hacemos una idea de su sabor: si va a ser intenso o suave, dulce o ácido, etc. 

Por lo general nos gusta que las naranjas tengan un color naranja intenso, sin rastro de color verde porque es lo que asociamos con unas buenas características de aroma y sabor.  

Ahora bien, esta fruta no siempre presenta ese aspecto cuando se recolecta, así que los productores y los distribuidores toman diferentes medidas para que las naranjas nos parezcan más atractivas.

naranjas

Estrategias para mejorar el color de las frutas 

Para empezar, hay que tener presente que está prohibido utilizar colorantes en las frutas, así que este recurso no se utiliza para mejorar el aspecto de las naranjas. También hay que tener en cuenta que el color de las naranjas no es indicativo de su grado de maduración. Es decir, a diferencia de lo que ocurre en otras frutas, en los cítricos puede ocurrir que la parte interna del fruto esté madura mientras la piel permanece aún verde.  

Desverdizado 

Como esto resulta poco atractivo para los consumidores, lo que se suele hacer en estos casos es almacenar esas frutas durante un tiempo en cámaras de maduración, donde se controlan las condiciones de humedad, temperatura y composición del aire (concentración de dióxido de carbono, etileno, oxígeno), para que lograr el desverdizado. Es decir, para que el color exterior pase de ser verde a ser naranja.  

Color de las mallas 

Otra estrategia habitual consiste en envasar las naranjas en mallas de color rojo. De este modo, el color naranja de esta fruta nos parece mucho más intenso. Esto se debe a una ilusión óptica que se conoce como ilusión de Munker, debido al nombre de la persona que lo investigó allá por la década de 1970.  

Ocurre porque la forma en que nuestro cerebro percibe los colores se ve influida por los colores adyacentes. Es decir, en este caso el color de las naranjas nos parece más intenso porque está rodeado por una malla de color rojo.  

Esta estrategia no solo se lleva a cabo en las naranjas. También ocurre en muchas otras frutas y hortalizas. Por eso las cebollas se venden en mallas de color marrón, los aguacates en mallas de color verde o los limones, en mallas de color amarillo. 

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