El truco fácil de Ángel León para desescamar pescado en casa: "Me lo enseñó un marinero"
El chef Ángel León aprendió en un barco un truco infalible para desescamar el pescado de forma sencilla y sin hacer un destrozo en la cocina
El estrella Michelin compartió cómo se hace con un utensilio que todos tenemos en la cocina
Comprar el pescado fresco es toda una delicia, más aún si sabes luego cómo cocinarlo para sacarle todo el provecho posible y conseguir el mejor sabor en tu plato. Es verdad que es más caro, pero vale la pena. Lo que ocurre es que en ocasiones se compra sin limpiar, aún con las escamas, lo que conlleva a que luego tienes que desescamarlo en casa, una tarea en ocasiones algo complicada y que no a todo el mundo le gusta porque suele dejar la cocina hecha un cristo si no se tiene una buena técnica o se sabe cómo hacer.
Sin embargo, hay algunos trucos que pueden servir para que no tengas ningún problema en desescamar el pescado en tu casa y tu cocina quede igual de limpia que cuando empezaste el proceso, y el cocinero Ángel León tiene un consejo clave con un utensilio que todos tenemos en nuestra cocina para hacerlo sin ningún tipo de problema ni complejidad.
El chef del mar explicó hace unos años que, embarcado en alta mar aprendió un truco que no le enseñó ningún chef, sino un marinero que estaba con él en el barco. Allí quiso desescamar un pescado y no había ningún profesional para ello, por lo que iba a hacerlo él mismo.
Lo normal, explica el chef de Aponiente, es que lo hubiese hecho con la parte trasera del cuchillo para desescamar el pescado y dejarlo listo para poder cocinarlo y que el comensal no se encuentre ninguna escama al probarlo. No obstante, aquel marinero le enseñó que con un rallador de campana como el que todos tenemos en la cocina se podía hacer de forma muy sencilla.
El truco del rallador
Se trata de una técnica fácil y que sirve prácticamente para cualquier tipo de pescado, aunque bien es cierto que al tener que limpiarlo en casa es un truco ideal para pescados de tamaño pequeño o mediano, como puede ser una dorada o un lenguado.
Lo ideal es hacerlo con la parte de los agujeros más grandes y colocarlo en contra de la escama. Solo queda raspar bien por ambos lados y verás como las escamas se quedan dentro del rallador y no te deja la cocina perdida de escamas que estarás un buen rato limpiando.
Luego solo queda lavar el pescado con agua fría para comprobar que no queda ninguna escama y prepararlo de la forma en la que lo vayas a consumir o reservarlo en la nevera para evitar que se estropee hasta que lo cocines.