Escanciar, celebrar, compartir: el alma y ritual de la sidra asturiana
El escanciado convierte el simple acto de servir en un ritual cultural único
Las espichas son la máxima expresión festiva de la cultura sidrera asturiana
Tradición, técnica y hospitalidad se dan la mano en cada culín
Si hay un gesto que define a Asturias es el escanciado de sidra. Brazo en alto, mirada atenta, vaso inclinado -eso sí- en ángulo perfecto. Lo que a primera vista parece un simple modo de servir esta bebida es, en realidad, una seña cultural representativa del Principado. Escanciar sidra es todo un arte, es el momento en que ese gesto cotidiano se convierte en celebración.
Por qué se escancia la sidra asturiana
En Asturias, a diferencia de otras regiones del mundo donde también se consume sidra, la sidra se escancia. El motivo no es estético, sino que tiene una función: al dejar caer la sidra desde cierta altura, se oxigena y se despierta el carbónico natural, potenciando así su sabor y aroma. De ahí que se insista tanto en que “la sidra no se echa, sino que se sirve”.
Cómo se escancia y se bebe la sidra asturiana
Pero no todo vale. De manera general, una botella da para seis culinos, pero antes de llegar el momento de disfrutarlos hay que tener que, el escanciado tiene sus normas no escritas o mandamientos:
- Lo primero es que el brazo que sujeta la botella debe elevarse por encima de la cabeza
- El vaso debe sostenerse a la altura de la cintura
- Se inclina la botella, es entonces cuando el líquido al caer debe golpear con fuerza el vaso para “espalmar” y liberar el gas.
- Se llena sólo un cuarto de vaso – el llamado culín-
- Se bebe de un trago, sin apoyar el vaso, para evitar que la sidra pierda su chispa natural.
Esta ceremonia se repite una y otra vez, especialmente en las espichas, encuentros o fiestas populares asturianes que giran en torno a la sidra. Antiguamente, las espichas se celebraban en los llagares para dar la bienvenida a la nueva sidra del año. Hoy en día, continúan siendo encuentros para los locales y visitantes. En las espichas se brinda, se canta, se come, se comparte y se celebra alrededor de toneles.
El ritual de escanciado también tiene su vertiente profesional. En Asturias existen campeonatos de escanciadores, formaciones específicas e incluso escanciadores oficiales en muchos establecimientos. No es de extrañar por tanto que la cultura sidrera asturiana haya sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
