El antibiótico de huerta que te ayuda a evitar dolores de garganta

El ajo (Allium sativum) se presenta como un aliado natural discreto, pero poderoso
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En un momento en el que las infecciones respiratorias se han convertido en una constante de los meses fríos, con los antibióticos sintéticos siempre asomando al balcón de generar resistencia en muchas cepas bacterianas, es cuando muchos giran su cabeza hacía los remedios naturales para este tipo de problemas. Entre ellos, el ajo (Allium sativum) se presenta como un protagonista discreto, pero poderoso. Hablamos de todo un antibiótico natural cultivado en la huerta que, además de aportar una buena dosis de sabor, puede también ayudar a prevenir y aliviar los problemas ocasionados por el dolor de garganta.
El poder oculto de la alicina
El principio activo responsable de los efectos antimicrobianos del ajo es la alicina, un compuesto organosulfurado que se libera cuando el ajo se machaca o tritura. Distintas investigaciones científicas han demostrado que la alicina actúa sobre múltiples tipos de bacterias, incluidos patógenos comunes en infecciones respiratorias como Streptococcus pyogenes, causante de la faringitis estreptocócica. Por ejemplo, un estudio publicado por Journal of Antimicrobial Chemotherapy demostró que la alicina puede inhibir el crecimiento de bacterias grampositivas y gramnegativas incluso a bajas concentraciones.
Además de su acción antimicrobiana, la alicina tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Esto convierte al ajo no solo en un aliado para combatir la causa de la infección, sino también en un modulador de la respuesta inflamatoria que genera dolor y malestar en la garganta.
Si todo esto no fuera suficiente, una investigación reciente valoró la eficacia de un suplemento de ajo que contiene alicina en la prevención del resfriado común. En este ensayo clínico aleatorizado, 146 voluntarios recibieron un suplemento de ajo o un placebo durante 12 semanas. El grupo que recibió el suplemento experimentó de forma significativa menos resfriados y una duración más corta de los síntomas en comparación con el grupo placebo. En concreto la diferencia se cifra en un 63% menos de probabilidades de contraer un resfriado.

Formas de consumir ajo para aliviar el dolor de garganta
Es cierto que existen múltiples formas de consumirlo, pero la más eficaz desde un punto de vista terapéutico es en crudo, ya que el calor destruye parte de los compuestos volátiles responsables de sus propiedades medicinales. Además, hay algunas fórmulas caseras enraizadas en las tradiciones populares, que además están respaldadas por la evidencia.
- Ajo crudo con miel: Machaca un diente de ajo y mézclalo con una cucharadita de miel pura. La miel, por su parte, actúa como suavizante de la mucosa faríngea y posee también propiedades antimicrobianas. Esta combinación puede tomarse una o dos veces al día tras los primeros síntomas de dolor de garganta.
- Infusión de ajo: Hierve una taza de agua, añade dos dientes de ajo machacados y deja reposar 10 minutos. Se puede endulzar con limón y miel para mejorar su sabor si te resulta demasiado fuerte. Esta infusión es de lo más útil como medida de apoyo cuando el dolor ya se ha instaurado, ayudando a reducir la carga viral y bacteriana.
- Cataplasmas y vapores: Aunque menos frecuentes, los cataplasmas de ajo aplicados sobre el cuello y las inhalaciones de vapor con ajo y eucalipto son remedios tradicionales utilizados en algunas regiones del norte de nuestra geografía. En este caso específico, no existen evidencias científicas suficientes para recomendarlos como tratamiento de primera línea, pero sí se reconocen sus propiedades descongestionantes por vía tópica.
¿Tiene contraindicaciones?
El ajo, aunque sea un alimento de origen natural, no está completamente exento de contraindicaciones. En personas que toman anticoagulantes o medicamentos que afectan a la coagulación, su uso excesivo puede suponer cierto riesgo de hemorragia. También puede llegar a provocar molestias gastrointestinales, ardor o mal aliento si se consume en grandes cantidades y en crudo.
En casos de dolor de garganta persistente, fiebre alta o dificultad para tragar, es recomendable consultar con tu médico y no ceñirte únicamente a los remedios con ajo. Este tipo de soluciones naturales son útiles como primera barrera, pero en ningún caso deben sustituir a los tratamientos con antibióticos cuando estos sean necesarios.

Aún con estos pequeños ‘peros’, el ajo nos recuerda que la eficacia no siempre necesita de una campaña de marketing. Este bulbo, cultivado en nuestras huertas desde hace milenios, supone una solución sencilla y económica que permite fortalecer el sistema inmune y aliviar pequeñas infecciones de garganta. No hace milagros, pero sí que es útil en la mayoría de los casos.
Incorporarlo a la dieta, usarlo en momentos clave y entender cómo funciona nos devuelve, en cierto modo, a una medicina más integradora, donde lo tradicional y lo científico se dan la mano para cuidar mejor de nuestra salud.
