Espera lo inesperado

¿Rosé con jalapeños y limonada con pepinillos? Funciona, aunque no lo parezca

Vino rosé con jalapeño
Vino rosé con jalapeño. Telecinco.es
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Hay una tendencia inesperada que recorre las redes sociales y también los bares más creativos: añadir ingredientes inusuales a bebidas populares para crear combinaciones que, en teoría, deberían chocar, pero que sorprendentemente funcionan. Desde jalapeños flotando en una copa de rosé, hasta limonada infusionada con pepinillos, y más… Estas mezclas conquistan paladares y generan millones de visualizaciones.

El boom de los sabores disruptivos

Lo que comenzó como una ocurrencia en TikTok ha terminado por infiltrarse en las cartas de cócteles más atrevidas, previo paso por los hogares de los bebedores más curiosos. Las bebidas con ingredientes inesperados no solo buscan provocar, sino ofrecer perfiles de sabor refrescantes, picantes o incluso salados que desafían las normas no escritas de las bebidas más tradicionales.

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Una de las combinaciones más virales es la limonada con jugo de pepinillos en vinagre, una mezcla que ya ha acumulado varios millones de visualizaciones y ‘Me gustas’, e incluso Dua Lipa se ha atrevido a ofrecer su versión de esta peculiar mezcolanza. La receta es sencilla: limonada industrial, jugo de pepinillo y hielo. Los que lo han probado afirman que es como si el pepinillo realzara el dulzor del limón y lo convirtiera en una explosión salina y cítrica.

El resultado ha sido tan popular que incluso se ha comenzado a comercializar en eventos veraniegos de EE.UU., donde se ofrece como alternativa a los clásicos cócteles azucarados.

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Jalapeños y vino rosado: más allá del picante

Otra mezcla que ha desatado entusiasmo es la del rosé con rodajas de jalapeño fresco. Esta receta nació como parte de un reto entre creadores de contenido especializados en vinos, y ha sido replicada por sommeliers curiosos y bartenders en Nueva York y Los Ángeles. ¿El objetivo? Agitar la percepción del rosé como vino ligero y afrutado.

“El jalapeño no solo aporta picor; su sabor vegetal y su leve amargor cortan la acidez del vino y le añaden una complejidad inesperada”, explica la sommelier estadounidense Whitney Adams.

Esta fusión ha llegado incluso a algunos restaurantes de cocina mexicana en California, donde se ofrece como aperitivo. En palabras del chef Aarón Sánchez, “es como un ceviche en copa: vibrante, fresco y con carácter”.

Vino rosé con jalapeños

Galletas con cerveza negra: amargor de infancia

El maridaje entre galletas y cerveza no es nuevo, pero gana popularidad en versiones más oscuras y densas. Las cervezas negras tipo stout o porter maridan de forma excelente con galletas de avena, chocolate o incluso jengibre.

El maestro cervecero británico Garrett Oliver, autor de The Brewmaster's Table, defiende esta combinación: “Las maltas tostadas y los aromas de cacao de una stout robusta complementan el dulzor de las galletas sin empalagar. Es un postre líquido con textura”.

Donuts y vino tinto: dulzor y taninos

Si bien los donuts suelen asociarse con café o leche, algunos sumilleres están reivindicando su maridaje con vino tinto afrutado, especialmente variedades como Garnacha, Zinfandel o Syrah. “Un donut glaseado o relleno de frutos rojos armoniza sorprendentemente bien con tintos jóvenes, porque los taninos cortan la grasa y el dulzor del pastel”, explica el sommelier Anthony Giglio.

Incluso cadenas de donuts como Krispy Kreme han experimentado con catas organizadas junto a bodegas locales, aprovechando la tendencia del pairing dulce-salado que seduce a la generación foodie.

Café con zumo de naranja

El café con zumo de naranja: amargo, ácido y… ¿adictivo?

Una mezcla que ha polarizado a la audiencia es el café espresso vertido sobre zumo de naranja natural. Conocida como “orange espresso”, esta bebida ha sido defendida por el barista James Hoffmann, campeón mundial de café, quien asegura que “funciona sorprendentemente bien si se equilibran los amargores”. En su canal de YouTube, donde prepara versiones con cold brew y espresso clásico, Hoffmann explica que la clave es usar café con notas cítricas o florales y zumo recién exprimidoe.

En España, ya hay establecimientos como Satan’s Coffee en Barcelona que han empezado a experimentar con versiones veraniegas que incluyen tónica y piel de naranja caramelizada.

Kombucha con chile y sal: la respuesta fermentada

La kombucha, una bebida fermentada de té con un perfil ácido y burbujeante, se ha prestado perfectamente a la experimentación. Ya se han visto incluso refrescos comerciales, como el de Spicy Paloma, que mezclan kombucha de pomelo, lima y limón, con chile habanero y sal

Es una mezcla del umami, el picante y el burbujeo natural de la kombucha para crear algo que recuerde a un cóctel sin alcohol, pero con carácter que además, en el caso de Spicy Paloma, trata de rendir homenaje al cóctel mejicano del mismo nombre, pero sin rastro de alcohol por el camino. 

Kombucha con chile y sal

La lógica detrás del sinsentido

¿Por qué estas combinaciones tienen éxito más allá del morbo viral? Según un estudio de la Universidad de Oxford sobre percepción multisensorial, los sabores que provocan disonancia momentánea, como lo ácido con lo graso, o lo picante con lo dulce, estimulan áreas cerebrales vinculadas al placer y la memoria. “Es un mecanismo ancestral: lo inesperado activa más áreas del gusto y la atención”, concluye el neurogastrónomo Charles Spence.

En otras palabras, el rosé con jalapeños no solo es un reto al paladar, sino una experiencia sensorial completa. Tanto es así que expertos como el mixólogo español Manel Vehí recomiendan abrir la mente: “La creatividad líquida no tiene límites. Muchas de las bebidas clásicas que hoy adoramos nacieron de errores o provocaciones”.