La chef alicantina que ha creado la mejor receta asiática del año: "¿Por qué no un khao soi con ropa vieja?"

La receta es "una cosa diferente que no ha visto nadie"
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Con un plato que viaja de Tailandia a España, pasando por la memoria familiar y la herencia culinaria musulmana, Cristina Gómez Manarel se ha alzado como ganadora de la IX edición de los Asian Culinary Awards de UDON Asian Food. Jefa de cocina en el restaurante Fierro de Valencia, que cuenta con una estrella Michelin, Cristina ha conquistado al jurado con una reinterpretación del clásico tailandés Khao Soi, fusionado ropa vieja y los vuelcos del cocido español. Es decir, ¿por qué no un khao soi con ropa vieja?
Este certamen, promovido por UDON Asian Food, celebró su gran final con tres finalistas seleccionados entre más de un centenar de propuestas: junto a Cristina, el segundo puesto fue para Bryan Jay Tica de Castro, con su udon de gambas al ajillo, y el tercero para Juan Antonio Rodríguez, que presentó un pato laqueado Thai. Todos los platos fueron evaluados por un jurado de alto nivel en el que figuraban Carlos Hernández (chef de ABaC) y Jordi Pascual (CEO de UDON).

"Sentí mucha ilusión. Todos los que venimos a un concurso queremos ganar. En ese momento es felicidad y también una especie de alivio", confiesa Cristina, recordando el instante en que escuchó su nombre como vencedora.
Así es el khao soi de ropa vieja con vuelcos de cocido
La receta, que mezcla curry, fideos crujientes y matices del cocido tradicional, no es fruto del azar. Cristina la describe como "el plato que más me marcó de mi viaje a Tailandia". A partir de esa impresión inicial, empezó a investigar y encontró un hilo histórico inesperado: "Hay una conexión entre el sudeste asiático y España a través de la influencia musulmana. Descubrí que esa herencia está en los dos platos, y vi que no podía salir mal".
“La despensa que nos han dejado es maravillosa, la combinación de sabores también, y fueron unos mercaderes que hace muchos siglos llegaron al sudeste asiático y trajeron platos que luego han ido evolucionando, como es el Khao Soi.”
Incluso la versión más clásica de este plato es la que Cristina recomendaría para una cena con amigos “porque es una cosa diferente que no ha visto nadie.” Además, añade que “el plato básico que hacen ellos no es tan difícil. Ellos al final hacen sopas rápidas, le meten alguna proteína, le puedes simplemente saltear unas gambas... Los fideos fritos que había en mi plato son fideos de arroz que simplemente he metido en aceite muy caliente, a 190 grados, y ya se han puesto con esa forma tan bonita. Luego, cada uno a su gusto puede hacer una sopa con lo que tiene en la despensa y quedar bastante bien.”
En un certamen tan repleto de talento como este siempre hay momentos de tensión, y Cristina vivió uno de ellos muy de cerca: "Dos días antes del concurso churrasqué unas pieles de pollo y ya no podía conseguir más materia prima, pero al final lo convertí en otra elaboración".
Si algo define la cocina de Cristina es su sensibilidad técnica y su apertura cultural. Atraída por la gastronomía tailandesa desde sus primeros años de formación, elige Tailandia como su primer destino en Asia por su complejidad sensorial: "Combinan el umami, el salado, el dulce, el picante... pero con un nivel de equilibrio brutal". En su opinión, el verdadero ingrediente imprescindible en cocina asiática no es un producto concreto, sino ese balance: "Puedes tener una buena pasta de curry, pero si no la usas bien, no sirve. Es el equilibrio entre todos los sabores lo que marca la diferencia".

A pesar de su dominio técnico, Cristina defiende la espontaneidad como motor creativo. "Si me propongo crear algo, no lo consigo. Pero si dejo una idea reposar, me van llegando píldoras que voy apuntando. Este plato lleva un año de reposo en mi cabeza", explica sobre el proceso que la llevó a desarrollar su Khao Soi reinterpretado.
Tanto cree en esta versión del Khao Soi que sería el plato que elegiría para compartir con su madre, aunque "no come animales, pero lo adaptaría por ella y saldría un plato buenísimo igual".
Amor por la cocina asiática también en casa
Aunque reconoce que no piensa a menudo en abrir su propio restaurante ni en establecer un plato icónico a largo plazo, sí tiene claro su método de trabajo: "Funciono por inspiraciones que se cocinan a fuego lento". Y si le preguntan por su plato asiático de confort, no duda: "El ramen. Es el plato que me reconforta, que me arropa. Cuando hace frío, me lleva a la cama".
Además se trata de una cocina que está al alcance de casi todos, y por ello se atreve con unos consejos técnicos sobre el arte de saltear un arroz: "El secreto está antes del salteado, en la cocción. Hay que entender el grano que tienes entre manos". Y entre las enseñanzas que ha extraído de la cocina asiática, hay una palabra que lo resume todo: respeto. "Respeto por el producto, por la técnica, por el trabajo. Están a años luz en muchos detalles. Me fascina su cultura".
Preguntada por a quién invitaría a cenar su plato ganador, la respuesta no deja lugar a dudas: "A mi madre. Aunque no come animales, lo adaptaría por ella y saldría un plato buenísimo igual".
