El truco definitivo para que el guacamole no se ponga marrón

El guacamole es una salsa que en pocos picoteos falta, pero el problema viene cuando sobra un poco
De esta forma conseguirás que luzca siempre apetitoso y no se ponga marrón
De un tiempo a esta parte han surgido cientos y cientos de recetas saludables en las que el aguacate es pieza indispensable. Esta fruta es originaria de la zona de Centroamérica, en especial de México y de Costa Rica, aunque hoy en día se cultiva en muchos puntos alrededor de todo el globo. Sus múltiples propiedades y los beneficios que aportan para la salud del ser humano la han impulsado a tener ese papel protagonista que tiene en el presente. De ahí que hayan proliferado sus usos en la gastronomía mundial. Uno de ellos, quizá el más famoso, es el guacamole, es decir, una salsa hecha de esta fruta.
Aunque su principal aplicación nos lleva a pensar en los nachos con guacamole, lo cierto es que esta salsa sirve para muchas recetas. De hecho, no es muy complicada de elaborar y con este truco tampoco es difícil de conservar, uno de los principales problemas que nos encontramos cuando nos sobra algo de guacamole.
Cuando esta fruta de color verde se oxida su apariencia se vuelve más parduzca, marrón. Esto sucede porque los polifenoles que contiene el aguacate, al entrar en contacto con el oxígeno, se oscurecen, dando ese tinte marrón a la fruta. Y aunque es totalmente sano y seguro comer aguacate o guacamole si se ha oxidado, la verdad es que su aspecto no invita a untar pan o nachos.
La clave para evitar que el aguacate se ponga marrón
El truco para que el aguacate no se oxide y por ello se ponga de color marrón es tremendamente sencillo. Únicamente es necesario poner la fruta o el guacamole que nos haya sobrado en un recipiente. Después lo llenamos de agua hasta que la fruta se cubra entera, evitando así que entre en contacto con el oxígeno, con lo que no perderá su verde natural… durante unos tres días. Y es que, aunque pasado ese tiempo su color no sea marrón, ya no es aconsejable consumirlo.
A veces, a pesar de haberlo cubierto con agua, coge un ligero color marrón, pero que es inofensivo: basta con removerlo para mezclarlo bien con el resto y estará listo para comerlo y presentarlo a los invitados.
