Porra de Antequera: así se hace la sopa fría típica de Málaga
El sabor de esta receta rivaliza con el salmorejo y el gazpacho
Gazpacho de albaricoque, la receta de un clásico modernizado
Aunque seguramente no sea tan conocida como el gazpacho o el salmorejo, lo cierto es que la Porra de Antequera es otro clásico del verano. En especial, claro está, en la zona de Málaga, provincia en la que se encuentra la localidad que pone apellido al plato en cuestión. Si bien es cierto que también se la conoce como porra fría o 'porra crúa', quizá su nombre más habitual es el que tiene la mención geográfica. Lo de porra, por su parte, hace referencia al elemento con el que originalmente se machacaban los ingredientes.
Sea como fuere, la porra de Antequera es una crema fría muy habitual en la gastronomía tradicional de la zona. Aunque tiene parecidos con el salmorejo y el gazpacho, se diferencia claramente de ambos al ser más ligero que el primero, pero más consistente que el segundo.
La receta de Porra de Antequera
Ingredientes
- 1 kilo de tomates maduros
- 1 trozo de pan duro
- 1 pimiento rojo
- 1 pimiento verde
- 1 diente de ajo sin corazón
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
- 1 huevo duro
- Vinagre
- Sal
Elaboración
Lavamos los tomates
En primer lugar, lavamos los tomates y los pasamos por la batidora.
Después, con un colador retiramos las pepitas y los restos de la piel que queden.
Cuanto más maduros estén los tomates, mejor.
Añadimos pan
Acto seguido echamos de nuevo el tomate triturado en el recipiente y añadimos el pan.
Lo dejamos que se empape durante 10 minutos.
Echamos el resto de ingredientes
Pasados esos 10 minutos, añadimos el resto de ingredientes a excepción del aceite de oliva virgen extra y los trituramos.
Añadimos el aceite de oliva
Una vez que esté todo bien triturado es cuando vamos a añadir el aceite de oliva.
Lo haremos poco a poco, en forma de hilo para lograr que emulsione y quede lo más cremoso posible.
Lo metemos en el frigorífico
Por último, echamos la sal al gusto y lo dejamos en la nevera para que enfríe.
Emplatamos añadiendo huevo duro y jamón serrano y ¡a comer!
Cuando esté bien frío lo sacamos del frigo y lo servimos acompañándolo de un huevo duro troceado y de taquitos de jamón serrano.
Cuanto mejor sea el jamón, mejor estará el plato. ¡Qué aproveche!