La taberna donde siempre ponen dos aceitunas por comensal

La Taberna La Manzanilla es un establecimiento que ha mantenido viva la esencia de las tabernas andaluzas desde su apertura en 1932
Desde hace años cada caña de manzanilla siempre ha ido acompaña de dos aceitunas rellenas de anchoa
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En el corazón del casco antiguo de Cádiz, en la calle Feduchy número 19, se encuentra la Taberna La Manzanilla, un establecimiento que ha mantenido viva la esencia de las tabernas andaluzas desde su apertura en 1932. Fundada por las bodegas Barón de Sanlúcar, esta taberna ha pasado por tres generaciones de la familia García Romero, José, Miguel y Pepe, quien la regente actualmente. De esta manera con el paso del tiempo La Manzanilla se ha convertido en todo un referente en la oferta de vinos del Marco de Jerez y Sanlúcar de Barrameda.
Se trata de un establecimiento que es conocido por la riqueza de sus vinos y la colección de botellas de que dispone, hasta el punto de ser casi un museo de los vinos de denominación de origen Jerez y Manzanilla. El local conserva buena parte de su mobiliario original, y a la vez mantiene un estado de revista envidiable, gracias a la atención y cariño de sus propietarios.
Los visitantes pueden esperar encontrarse con una pequeña barra de madera noble, barnizada y en perfecto estado de revista, escoltada por vitrinas con botellas centenarias de vinos de Jerez. Tras ello, una andana que separa barra y salón, y que cuenta con siete botas con más de 200 años, cargadas de manzanilla fina, manzanilla olorosa, manzanilla madura, amontillado fino, amontillado viejo y moscatel atalaya, que sirven de fuente desde la que se sirve a los clientes.
Finalmente, y para dar cabida a su numerosa parroquia, un salón de madera repleto de mesas y taburetes clásicos, con múltiples carteles taurinos colgando de las paredes. A todas luces, un ambiente que transporta a los visitantes a épocas pasadas.

La singularidad de La Manzanilla, un tipo de vino y dos aceitunas por comensal
Uno de los elementos que más recuerdan los clientes y visitantes del local es el hecho de que cada caña de manzanilla siempre ha ido acompaña de dos aceitunas rellenas de anchoa. Ni una más, ni una menos. Se trata de una costumbre del padre del actual regente de la Taberna, Don Miguel, que empezó de una manera casi casual y sin una explicación aparente más allá de un simple capricho (o decisión comercial) que permitía descansar el paladar de los parroquianos del local. El caso es que en La Manzanilla se pueden esperar dos aceitunas rellenas de anchoa y sin hueso, acompañando a cada vasito de vino.
Además a esto se une el hecho de que este establecimiento se mantiene fiel a sus orígenes, no solo en su aspecto, sino también en su oferta de productos. De este modo,La Manzanilla ofrece exclusivamente vinos de la Denominación de Origen Jerez y Manzanilla. En este establecimiento no se sirven cervezas, ni tampoco refrescos, lo que realza la experiencia de degustar vinos en su forma más pura. Los clientes pueden disfrutar de manzanillas, amontillados, olorosos y Pedro Ximénez, entre otros, servidos en los típicos "gorriones", pequeños vasos característicos de Sanlúcar de Barrameda.
En sus primeros años solo tenían cabida en esta taberna vino de dos bodegas. De Barón y Pedro Romero. Sin embargo, el actual propietario ha decidido ampliar el círculo y ofertar los vinos que más le convencen de cada casa sanluqueña: Delgado Zuleta, Barbadillo, Hidalgo, Sánchez Ayala, Argüeso, etc.
También se ha permitido el lujo de ofrecer algo más de variedad con el picoteo, y se pueden pedir unos berberechos, anchoas, almendras o incluso algo de queso de El Pajarete de Villamartín. No hay hueco para mucha más innovación, pero lo cierto es que un local de este calado tampoco la necesita para ser una parada obligatoria si se visita Cádiz y se quiere degustar el mejor vino de la tierra.

Una oferta peculiar, una clientela fiel
La Taberna La Manzanilla ha recibido todo tipo de elogios por su autenticidad y la calidad de sus vinos. Visitantes la describen como "una taberna castiza donde podrás degustar diferentes vinos de la zona" y destacan su ambiente acogedor y el conocimiento del personal sobre los caldos que ofrecen.
Por todo ello, para quienes buscan una experiencia auténtica en Cádiz, la Taberna La Manzanilla ofrece una inmersión única en la tradición vinícola andaluza. No se trata solo de un lugar en el que degustar vinos; sino que es un espacio donde se respira historia y tradición. Su ambiente único, la exclusividad de su oferta y detalles singulares como las dos aceitunas por comensal la convierten en una parada obligada para los amantes del vino y de las costumbres gaditanas.
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