La hawaiana, que cogía un berrinche al ver que todos sus compañeros tenían las prendas de invierno que habían pedido a su familia y ella no, ha estallado de alegría al ver por fin la caja que le pertenecía. Después de dar vueltas y vueltas proclamando su alegría a los cuatro vientos, le ha enseñado lo que contenía su caja a Luis.