Muere el káiser, muere el alma de Chanel
Yolanda Bernardo Martín
19/02/201915:56 h.Solía decir, Karl Lagerfeld, que en la vida hay que ser algo irrespetuoso para hacer que la leyenda sobreviva. En su caso, podría haber sido el más correcto de la pasarela porque lo de leyenda se lo había ganado ya por su genialidad, por su talento, por hacer de la firma parisina lo que Coco Chanel hubiera aplaudido. Digamos que se va a los 85 años pero no está claro porque nunca llegó a confesar su edad. Cosas de un alemán muy coqueto. Con un look siempre cuidado y repetido en el que las gafas eran imprescindibles.
De su cabeza salían 10 colecciones para Chanel al año, dos para Fendi. Mente prodigiosa que, bien escoltado por su equipo, sabía hacer del desfile puro espectáculo. Metiendo en el Grand Palais de París desde un crucero a una nave espacial. Un supermercado, un casino, una sugerente playa. Lenguaraz y mucho para defender la extrema delgadez de las modelos, las pieles en la pasarela. Para odiar lo barato, la gente fea y los hombres bajitos. Con arrojo para ir contracorriente y confesar estar harto del movimiento MeToo. Así era Karl Lagerfeld, un hombre al que le gustaba vivir en un carnaval sin fin.