La detención de un narco en la playa de Manilva, desde el helicóptero de la policía
El helicóptero de la policía detecta la reunión de los narcos en altamar. Vuelan a toda velocidad hasta casi posarse encima de los narcos. Ven y graban como se pasan bidones de gasoil; los llenos para la narcolancha, los vacíos para la barca de pescador, una tapadera que usan las organizaciones para abastecer de carburante a las narcolanchas y evitar el peligro de acercarse a la costa. Cuando el helicóptero de la policía está justo encima de sus cabezas, la narcolancha huye hacia aguas marroquís y la policía persigue al narcogasolinero. Son imágenes en primicia grabadas desde el helicóptero de la policía.
Desde la orilla los bañistas graban la persecución, de lejos, de cerca, de lado, de frente. Todos están revolucionados. Los agentes de policía desde el helicóptero conminan al narcogasolinero para que pare; le dan el alto y le hostigan para que se dirija a un punto en tierra para ser identificado. Pero el patrón de la barca no está dispuesto a ser detenido y navega hasta la orilla, a toda velocidad, poniendo en peligro a los bañistas de esta playa malagueña de Manilva.
El narcogasolinero corre por la playa y alcanza el paseo marítimo bajo los focos de cientos de móviles que le siguen y gritan. La policía consiguió posar el helicóptero en la escollera y los agentes corriendo tras el narco lograron alcanzarle con ayuda de algunos bañistas
Los turistas llegaron a creer que era un atentado. Los bañistas, camareros de chiringuito, y socorristas, asustados por la presencia del helicóptero en la playa, alertaban a todo el mudo para que sacaran a los niños del agua y de la orilla. Se vivieron momentos de tensión y de indignación porque no es la primera vez que los narcos se alejan del estrecho para alijar. La presión que hay en Algeciras está desplazando a los narcos a Málaga y eso podría afectar al turismo.
Este episodio de la lucha contra los narcos, real aunque parecido a algunas películas como “El Niño”, se produjo al mismo tiempo que el Ministro del Interior visitaba el Campo de Gibraltar y anunciaba otro plan policial para acabar con el narcotráfico, esta vez centrando los esfuerzos en destapar la financiación y el blanqueo que enriquece a las organizaciones de narcos que operan en la zona. Los policías y guardias que trabajan en la zona lo reciben con esperanza ya que hay 300 bandas dedicadas al tráfico de drogas, instaladas en el sur del sur, y 6.000 personas reciben algún ingreso proveniente de las mafias del narcotráfico.