La Guardia Civil termina con la saga de atracadores Sánchez Piquero

El atracador camuflado con boina se tapa el rostro al entrar en el banco y dentro no se anda con disimulos; pistola en mano amenaza violentamente y salta por el mostrador. Cuando la Guardia Civil ve estas imágenes no tarda en reconocer a uno de los hermanos Sánchez Piquero... Los tienen grabados con la misma pinta hace un año. Entonces la llamaron operación Gancho Manteca y no se desarrolló en Burgos. Les cogieron por 9 atracos en varias provincias del norte sobre todo en los que utilizaron disfraces muy variados, aunque no estuvieron mucho en prisión por lo que se ve. José y Luis Sánchez Piquero tienen 60 y 43 años. Ya no son unos adolescentes pero siguen igual de violentos que en su juventud. Y siguen actuando con la misma minuciosidad en la preparación de sus golpes, en buscarse un piso franco donde esconderse tras los atracos y en regresar a su Zaragoza donde la familia siempre les acoge. No se les conoce otro trabajo que asaltar bancos. Su historial arranca en los 80 cuando trabajaban junto tres hermanos más. Acribillaron a tiros a los miembros de una banda rival en una discoteca de Móstoles. Los Lateros, como se hacían llamar los hermanos, contra los Guaza. Cinco años después de los crímenes, José se fugó de la prisión y volvió a las andanzas. Asesinó al director de una entidad bancaria de Valencia. Una vez más, la familia le dio refugio y le curó las heridas de bala que recibió en el tiroteo que se originó tras atraco del banco. Después de eso los hermanos dejarían más cadáveres en sus huidas. Fue en una oficina de correos de Madrid cuando otro de los hermanos no dudo en disparar a una policía municipal. Era Pablo, el pequeño de la saga, juzgado y condenado, abandonó forzosamente el clan.