Interpol busca a Guillermo Fernández Bueno, el preso fugado, y a su mujer, en paradero desconocido

Se conocieron hace una década en la antigua cárcel provincial de Santander. Ella era trabajadora social en los programas de reinserción en los que el interno participaba.

Llegaron a casarse y tienen domicilio común en Torrelavega. Eso aceleró los trámites para que este depredador sexual disfrutase de permisos desde hace casi 7 años. Le habían concedido más de 40 y siempre reingresaba. En la celda confesaba a su compañero sus anhelos de ser libre.

Llevaba 17 años entre rejas. Había cumplido la mitad de su condena. El día 15 salió con un permiso de la prisión de El Dueso y debía reingresar el lunes, pero nunca lo hizo.

Quizás habían trazado un plan y hayan salido de España, aunque Fernández Bueno no tiene pasaporte y su DNI está ‘marcado’: salta en todas las fronteras y salas de Policía. Le faltaban ocho años para cumplir su condena. Ahora, sumará otra más por quebrantarla.