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Antonio no quiere pagar el IBI porque la iglesia no lo paga. Y la mejor manera que tiene para solucionarlo es que le certifiquen sus escrituras como si fuera un lugar de culto. Pero la Santa Sede no está dispuesta a aceptar sus casas como congregaciones religiosas. Ante esta negativa, el mayorista planea con Enrique convertir el vecindario en un auténtico santuario, y así ahorrarse un dinerito en el impuesto. Pero para ello, tiene que convencer a la sede del arzobispo y además que Berta vuelve a ver a la Virgen María. Unos psicotrópicos la convierten en Iluminada, sus curaciones son 'divinas'. Pero el padre Giusepe Vernetti no cree en los milagros de la Iluminada.









