Una huelga de controladores aéreos y un encuentro fortuito en el aeropuerto de Praga unirán el destino de dos jóvenes completamente opuestos: Massimo, un hombre de negocios italiano acostumbrado a planificar cada detalle de su vida y a "minimizar riesgos"; y Candela, una bailaora sevillana para la que "el tiempo perdido es el mejor invertido",
A Candela le surge la oportunidad de visitar Praga para impartir una clase de baile flamenco en la embajada. Massimo acude a la ciudad para cerrar una importante reunión de negocios. El destino hace que choquen en el aeropuerto. La sevillana rompe el teléfono del italiano y éste la acusa de haberle querido robar. Sus vuelos son cancelados y deciden alquilar un coche juntos para desplazarse hasta el centro de Praga. Durante el trayecto las cosas empeoran y cada uno decide emprender su camino en solitario.
Massimo y Candela vuelven a verse en un típico restaurante de la ciudad. El local está completo y se ven obligados a cenar juntos en la misma mesa. Es entonces cuando descubren que su historia había comenzado mucho tiempo antes de que ellos lo supieran. El empresario había dormido allí con su novia Francesca hace diez años, la misma noche en la que Candela concibió a su hijo Pepe en el mismo hotel restaurante.
Candela regresa a Sevilla, pero tiene unas extrañas visiones con el de Roma que le cuesta diferenciar de la realidad. Además tiene un serio problema, debe conseguir el dinero suficiente para no perder la academia de baile. Massimo pasa por algo parecido. Vuelve junto a su novia pero siente que algo dentro de él no funciona correctamente. Cree ver a Candela e incluso escucha su voz. Por si fuera poco, al revisar las fotografías que él y su pareja hicieron hace diez años en el restaurante de Praga, comprueba que la sevillana estaba sentada justo detrás