Massimo y Candela buscan ayuda profesional para poder dejar atrás su romántico tropezón en el aeropuerto

  • Tras chocarse en Praga, ninguno de los dos ha podido olvidarse

Tras chocarse en el aeropuerto y pasar un romántico día por el centro de Praga, Massimo vuelve a roma con su novia Frasceca. El italiano no deja de ver por todas partes a Candela y comienza a preocuparse por su salud. Tras realizarse unas pruebas médicas y comprobar que todo está en orden, el empresario decide visitar a un terapeuta.

"Es constante. Se me aparece todo el tiempo. ¿No me estará volviendo loco como mi padre?", pregunta al médico. "No bebes, no te drogas, no engañas a Fracesca y dices que pierdes la cabeza. Es lo mínimo, ¿Te la tirarías?", le pregunta él."Lo he pensado pero no me enamoro de todas las personas que me tiraría", aclara Massimo.

"Como médico te diría que las alucinaciones son algo muy complejo, las causas pueden ser permanentes o temporales, no necesariamente pro trastornos psíquicos. Como amigo te dirá que sé que siempre has sido un hombre equilibrado y que estás pasando por una época de estres intenso y que sufras descompensaciones es normal", le dice el psicólogo entregándole un bote de pastillas. "Con esto te relajarás".

Por casualidad, Candela termina en la consulta de una bruja. "Se trata de un joven guapo, extranjero, lo percibo. Estás enamorada de él. Le ves incluso cuando no está. Os encontrasteis por casualidad. Es el destino el que os ha juntado. Un gran problema. El caso es que en su ciudad él también te está viendo a ti. Si el te ve a ti y tu le ves a él cuando no estáis y no podéis dejar de pensar el uno en el otro...¿Cómo llamarías a esto?", le pregunta la adivina a la sevillana. "No sé, es que no tiene sentido, lo conozco de un día", responde ella. "¿Y a caso el amor lo tiene?", le pregunta ella. "Ten este amuleto, póntelo cerca del corazón y no lo volverás a ver".