"No hay forma científica de predecir cuándo un contenido es viral" decía en iRedes el fundador de Menéame, Ricardo Galli que añadía: "Si tuviéramos la receta, generaríamos virales cada día". Junto a Josu Aurrekoetxea, director de desarrollo de Global-IN-media, Alex Dolara, CEO de Karmacracy e Ignacio Gómez, director de contenidos multimedia de RTVE, Gallir analizó en iRedes "Por qué y cómo se hacen virales las cosas", pero lo cierto es que, aunque el fenómeno se estudia desde hace quince años, no se han logrado avances significativos.
Se mencionó en esa mesa un libro con un título muy sugerente: "Todo es obvio (cuando conoces la respuesta)" de Duncan Watts, un autor que afirma con rotundidad que la viralidad es impredecible y que cuando un tuit alcanza millones de retuits, o un vídeo millones de reproducciones sin ser de un gran artista, es por casualidad. Pese a esto, con esto de los virales estamos aplicando el razonamiento circular, convirtiendo las características de un viral exitoso en norma a aplicar para todos los vídeos que deseamos viralizar, pero esto no funciona así.
Las características de un vídeo se pueden repetir, pero no ocurre lo mismo con las del entorno (la viralización puede haber tenido que ver con el tiempo, con la situación económica, con la moda...) y el efecto del impacto del primer vídeo ya reduce mucho las posibilidades de éxito de un segundo vídeo con similares características. ¿O no os pareció gracioso el primer Harlem Shake?
"Los vídeos cortos son más fáciles de viralizar" fue otra de las reflexiones de la mesa. Cierto, pero luego llega la macabra historia del criminal ugandés Kony, que dura media hora, y alcanza rápidamente los cien millones de espectadores. Los análisis posteriores decían que este documental tenía claramente todos los ingredientes para ser compartido y llegar a viralizarse: Niños, famosos, llamadas a la acción... Sí, ahora está muy claro pero pongámonos en situación: Antes de hacerse público, nos llaman a un despacho, nos ponen los 30 minutos del vídeo y nos preguntan si creemos que se va a viralizar...
Y como recordó Josu Aurrekoetxea, no todo es Twitter a la hora de difundir un contenido. También están Facebook, Tuenti y otras redes sociales y además hay webs, blogs y foros, algunos tan versátiles e influyentes como forocoches, un lugar imprescindible al que acudir para buscar opiniones prácticamente de todo y que tiene una gran capacidad de viralizar un producto.
En vista de las escasas probabilidades de éxito en esto de crear vídeos virales, dediquemos nuestra energía a hacer buenos vídeos, ingeniosos y originales mientras no perdemos de vista lo que ocurre en la tele. El segundo vídeo que más rápidamente se viralizó en 2012 fue el de la actuación de Susan Boyle en Britain's got talent, de ITV.