Es el coche que emplea Iron Man en su última entrega para el cine y recientemente su producción en serie quedó descartada. Pero finalmente, unos pocos elegidos podrán tenerlo en el garaje de sus casa: os hablamos del Audi R8 e-Tron, un superdeportivo con alma eléctrica.
Este fue uno de los modelos que más expectación levantó en 2012 y Audi tenía muchas esperanzas depositadas en esta nueva tecnología. Pero los costes de fabricación, y la falta de evolución de las baterías y su recarga, hicieron que el proyecto finalmente se abandonase.
Una autentica lástima, porque el Audi R8 e-Tron estaba impulsado por dos motores eléctricos alimentados por una batería de ion-litio. Gracias a esta solución, su mecánica rinde 313 CV de potencia y es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos, alcanzando una velocidad máxima limitada a 200 km/h.
Puede recorrer hasta 215 kilómetros sin parar para recargar, y necesita hasta 12 horas en una red convencional para recargar al 100 % sus baterías. Y es que la autonomía y el tiempo de recarga fueron dos de las razones más importantes para cancelar el proyecto.
Por eso, las diez unidades que hasta hoy se han construido caerán en las manos de unos pocos afortunados. Un modelo que, visto lo visto, está destinado a convertirse en leyenda y que seguro que dentro de muy poco la marca volverá a poner en marcha.
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