Sólo una marca como Lamborghini podía conseguir que toda una ciudad como Miami se volcara con la llegada del nuevo Aventador LP700-4 Roadster. Lugares míticos como "Ocean drive" o "Collins avenue" esperaban el paso de la caravana escoltados por la policia de "Miami Beach".

A este exclusivo evento no faltó el presidente de la marca, Stephan Winkelmann, que no dudó en conducir el Aventador por las calles de la ciudad. La marca quiso rodearse de todos los clubs que forman sus seguidores en la zona y organizó una ruta hasta uno de los aeropuertos de la ciudad.

Allí todos aquellos que lo desearan podían exprimir al máximo su Lamborghini, esta vez, con los radares de la policia al servicio de los clientes para comprobar la velocidad alcanzada.

Con este evento, la marca italiana continúa su progresión en Estados Unidos, un mercado en el que su presencia cada día es mayor.