Exteriormente el S Max conserva esa línea deportiva y estilizada que tanto gustó en el momento de su lanzamiento.
Si nos fijamos en el interior del Ford S Max notaremos ese toque agresivo que está presente en todo el conjunto. Un ejemplo de esta afirmación son los asientos que cuentan con una gran sujeción lateral y un aspecto muy atractivo. Además tiene capacidad para siete ocupantes, con la última fila de asientos escamoteable.
Nuestra unidad utilizaba el propulsor 2 litros diesel TDCI, un motor que sobresale por su funcionamiento progresivo y unos consumos muy contenidos. Y es que esta mecánica gracias a sus 163 caballos, acelera de 0 a 100 en 10 segundos, y alcanza una velocidad máxima de 202 kilómetros hora. Eso sí, registrando un gasto medio de solo 6,0 litros a los cien.
El fabricante americano ha dejado claro que es una de las marcas que más se preocupa por la seguridad. Y es que el S Max monta de serie elementos como: el reconocimiento de señales, el sistema “blis” y el monitor de conducción segura. Amplio, versátil y tecnológicamente avanzado.