¿Cómo saber si los frenos de tu coche necesitan una revisión?

  • La propia utilización del coche aporta al conductor multitud de señales que pueden indicar un fallo a tener en cuenta.

El sistema de frenos de un automóvil es, sin duda, fundamental para garantizar la seguridad de sus ocupantes. Por este motivo, saber detectar a tiempo cualquier posible fallo que pueda reducir su efectividad, puede contribuir a evitar riesgos innecesarios de accidente en situaciones de emergencia.

Teniendo en cuenta lo anterior, saber cuándo llevar a revisión tu vehículo para la revisión sistema de frenos es fundamental. Pero ¿cómo puedo saber si los frenos de mi coche necesitan una revisión?

Uno de los elementos más importantes a tener en cuenta es el líquido de frenos. Es también uno de los que con más frecuencia se olvida chequear, incluso por parte de aquellos usuarios que revisan habitualmente el nivel del aceite del motor o la presión de los neumáticos.

Se trata de uno de los líquidos con mayor importancia en todo el vehículo. Es el encargado de transmitir la presión desde el pedal del freno hasta el cilindro maestro y después al resto de elementos del sistema de frenos. Por lo tanto, si se tiene controlado este nivel en las revisiones periódicas hay mucho terreno ganado.

Por otro lado, la propia utilización del coche aporta al conductor multitud de señales que pueden indicar un fallo a tener en cuenta en el sistema de frenado. Los más importantes, que deberían acelerar el paso del coche por el taller, son los siguientes:

  • Ruidos no habituales. Si al pisar el freno se percibe un sonido similar a un chirrido o un crujido, es síntoma de un desgaste excesivo de las pastillas.
  • Incapacidad para frenar con eficacia. Si al frenar, la distancia aumenta más allá de lo habitual, es muy probable que exista un desgaste demasiado acusado de las pastillas.
  • Olor ha quemado. Se trata de un síntoma que debe alertar al usuario de que los frenos o el embrague se han sobrecalentado.
  • Vibraciones excesivas en el volante. Suelen producirse debido a la existencia de irregularidades o desgaste excesivo en cualquiera de los discos de freno.
  • Testigos encendidos en el cuadro de instrumentos. Es el síntoma más obvio, ya que los sensores del vehículo alertan al usuario de un funcionamiento erróneo de alguno de los sistemas de frenado.