La intención de los diseñadores de Mercedes-Benz es generar formas nítidas y superficies lisas como expresión visible de alta tecnología.

De esta manera la silueta fluida del concept Clase S coupé se distingue por las proporciones características de un automóvil con tracción trasera, acentuadas por el distintivo actual de la marca alemana, la llamada dropping-line.

En el exterior, la parrilla con efecto diamante sirve de soporte a la estrella Mercedes y los faros LED high performance asumen la función de luces diurnas y confieren al vehículo una mirada extremadamente individual.

La línea convexa del techo en forma de cúpula y las puertas sin moldura definen su perfil lateral y un elegante marco cromado tridimensional engarza las superficies acristaladas, lo que resalta el efecto coupé típico de Mercedes.

Elegancia y sencillez son también los rasgos más destacados del interior. El envolvente tablero de instrumentos se extiende de puerta a puerta y la consola central presenta un display con panel táctil que muestra cuatro relojes horarios.

En la elección de colores y materiales se ha apostado por el contraste de antracita y blanco, que refuerza la modernidad intemporal del diseño. Los asientos se revisten de noble cuero bovino y el techo interior, de seda tejida a mano, subraya la exclusividad del habitáculo.

El Clase S coupé es el resultado de la perfecta simbiosis de los tres valores básicos de Mercedes: tradición, emoción y progresismo.

Conceptos que se completan con una base técnica impactante formada por un motor V8 biturbo con casi 5 litros de cubicaje que rinde nada más y nada menos que 455 CV de potencia. Una cifra que situará las prestaciones de este modelo en una zona única del mercado.