La semana pasada la redacción de Más Que Coches GT recibió una llamada muy especial procedente de Porsche. En la que nos invitaban a un evento en el circuito de Hockenheim donde se iba a reunir el pasado y el futuro de la marca en las míticas 24 horas de LeMans.

Primero asistimos a una rueda de prensa en la que nos explicaron todos los detalles de su regreso al campeonato del mundo de resistencia con su nuevo LMP1. Retorno para el que cuentan con un plantel de pilotos impresionante, en el que no falta la juventud, la experiencia y la velocidad. El piloto de Fórmula 1, Mark Webber, es su principal fichaje, y Timo Bernhard, criado en Porsche desde sus inicios, es otra de sus mejores bazas.

El piloto alemán estuvo con nosotros, y nos contó lo que espera de la temporada 2014, el año más importante de su vida deportiva.

Pero lo mejor estaba por llegar, y en la curva más emblemática del circuito de Hockenheim nos esperaban 7 clásicos procedentes del museo Porsche con sus respectivos pilotos. Un 917 de 1970, un 917 del 71, un 935 del 76, un 936 Spyder del 77, un 935 Moby Dick del 78, el prototipo 956 del 82, y el impresionante 911 GT1 del 98. Todos ellos ganadores de las carreras más importantes del mundo. Un placer para los sentidos.

Como parte de la sorpresa, nos invitaron a subirnos en uno de ellos con Timo como conductor. Nosotros escogimos el 935 del 76. Un coche que rinde 600 CV de potencia y pesa unos escasos 970 kilos. Una máquina extremadamente rápida y que Timo no dudó en exprimir a fondo. El 935 era capaz de alcanzar los 350 km/h en las rectas de LeMans y está considerado como uno de los coches más rápidos de la historia de Porsche.

Pero esto no fue todo, y es que tuvimos la oportunidad de probar en exclusiva para a televisión los nuevos 911 GT3 y 911 Turbo S, y el mítico 911 964 RS del 92.

Cuando supimos del lanzamiento del GT3 sabíamos que iba a ser uno de los mejores coches jamás creados. Pero nunca pensamos que fuera tan bueno. Su línea es impresionante y, sin duda, es uno de los 911 de aspecto más radical que hemos visto. Sus llantas son de 20 pulgadas, los paragolpes son híper deportivos, y el alerón trasero parece sacado de la Porsche Supercup.

Bajo ese alerón se esconde un propulsor de 6 cilindros bóxer con 3.8 litros que rinde 475 CV. Este motor se estira hasta las 9.000 revoluciones por minuto, y emite un sonido estremecedor.

Su comportamiento es de libro, y según nuestro probador, es el coche más efectivo que ha pasado por sus manos. Tiene un eje trasero direccional, un peso muy contenido, y una aerodinámica de carreras que te hace sentir como si estuvieses a los mandos de un coche de competición.

Las vueltas con el Turbo S fueron más sosegadas, pero igual de rápidas. Además, el responsable de comunicación de Porsche Ibérica, José Antonio Ruiz, nos acompañó e incluso él se quedó impresionado por la potencia de su modelo. Como contraste, nos subimos al 964 RS, un coche que no tiene ni control de tracción, ni ABS, y que es pura sensación.

Esto fue todo lo que pudimos hacer en Hockenheim, todo un sueño para un amante de las carreras. Gracias Porsche.